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Francisco, ¡felicidades!.


Seamos coherentes con nuestra fe

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En su homilía matinal del jueves en la Casa de Santa Marta el Papa Francisco empleó palabras fuertes inspirándose en la Confirmación administrada durante la Misa.

Quien recibe este Sacramento – afirmó el Santo Padre – “manifiesta su deseo de ser cristiano. Ser cristiano significa dar testimonio de Jesucristo”, es una persona que “piensa como cristiano, siente como cristiano y actúa como cristiano. Y ésta es la coherencia de vida de un cristiano”.

Alguien – observó – puede decir que tiene fe, “pero si carece de una de estas cosas, no existe en él lo cristiano”, “es algo que no funciona, hay una cierta incoherencia”. Y los cristianos “que viven en la incoherencia, hacen mucho daño”:

“Hemos escuchado lo que el apóstol Santiago dice a algunos incoherentes, que presumían de ser cristianos, pero explotaban a sus empleados, y les dijo: ‘Sepan que el salario que han retenido a los que trabajaron en sus campos está clamando, y el clamor de los cosechadores ha llegado a los oídos del Señor del universo’. El Señor es fuerte. Si alguno escucha esto, puede pensar: ‘¡Eso lo ha dicho un comunista!’. ¡No, no, lo ha dicho el apóstol Santiago! Es la Palabra del Señor. Él habla de la incoherencia. Y cuando la coherencia cristiana no existe y se vive con esta incoherencia, se produce escándalo. Y los cristianos que no son coherentes hacen mucho escándalo”.

“Jesús – prosiguió el Pontífice – habla con mucha fuerza contra el escándalo: ‘Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar’. Un cristiano incoherente hace tanto daño” y “el escándalo mata”.

“Muchas veces – agregó el Obispo de Roma - hemos escuchado: ‘Pero padre, yo creo en Dios, pero no en la Iglesia, porque ustedes cristianos dicen una cosa y hacen otra’”. O también: “Yo creo en Dios, pero no en ti”. “Esa es la incoherencia”:

“Si te encuentras ante – ¡imaginemos! – ante un ateo y éste te dice que no cree en Dios, tú puedes leerle una biblioteca entera, donde está escrito que Dios existe y también puedes probar que Dios existe, y el ateo no tendrá fe. Pero si delante de este ateo das testimonio de coherencia de vida cristiana, algo comenzará a moverse en su corazón. Será precisamente tu testimonio lo que lo llevará a esa inquietud sobre la que el Espíritu Santo obra. Es una gracia que todos nosotros, toda la Iglesia debe pedir: ‘Señor, que seamos coherentes’”.

Entonces, concluyó Francisco, es necesario rezar, “porque para vivir en la coherencia cristiana es necesaria la oración, porque la coherencia cristiana es un don de Dios y debemos pedirla”: “¡Señor, que yo sea coherente!. ¡Señor, que yo jamás escandalice, que yo sea una persona que piensa como cristiano, que sienta como cristiano, que actúe como cristiano!”. Y que cuando caigamos por nuestra debilidad, que pidamos perdón:

“Todos somos pecadores, todos, pero todos tenemos la capacidad de pedir perdón. ¡Y Él jamás se cansa de perdonar!. Tener la humildad de pedir perdón: ‘Señor, no he sido coherente. ¡Perdón!’. Ir adelante en la vida con coherencia cristiana, con el testimonio de aquél que cree en Jesucristo, que sabe que es pecador, pero que tiene el coraje de pedir perdón cuando se equivoca y que tiene tanto miedo de escandalizar. Que el Señor de esta gracia a todos nosotros”.

¿Qué hacemos con el agua?

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La pregunta es obvia. ¿qué hacemos con el agua?:
  • ¿Valoramos lo suficiente el tenerla tan a mano?. ¿Cómo lo demostramos?.
  • ¿Cómo demostrar nuestra solidaridad, nuestro sentido de fraternidad con quien no sólo no tiene agua corriente en su casa sino que además ha de conformarse con una muy mala calidad de la misma y en el caso de poderla conseguir al menos?.
  • ¿Qué vas a hacer en tu casa para ahorrarla, utilizarla adecuadamente?.


50 personajes bíblicos del A.T. confirmados por la Arqueología

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Atestiguados en tabletas, sellos... ¡y recibos en arcilla!.
Escena de la película de Lux Vide sobre el profeta Jeremías... su libro da detalles asombrosamente corroborados por la Arqueología.

En el número de marzo/abril 2014 de la revista Biblical Archaeology Review, el académico Lawrence Mykytiuk hace una lista de 50 personajes históricos del Antiguo Testamento que figuran en fuentes arqueológicas, como estelas de piedra, sellos de arcilla, recibos, tabletas o inscripciones funerarias que han conseguido perdurar a través de 2.000 o 3.000 años, pese a guerras, terremotos, expolios y saqueos.
Por supuesto, se trata de gente de importancia "mundana": reyes y funcionarios, cuyo nombre figuraba en documentos oficiales.
La lista incluye:
- 5 faraones egipcios.
- 1 rey moabita.
- 5 reyes y líderes arameos o sirios.
- 9 gobernantes del reino del norte, Israel.
- 14 autoridades de Judá, el reino del sur.
- 6 reyes o señores de la conquistadora Asiria.
- 5 reyes o señores de Babilonia.
- 5 reyes de Persia.

Estos 50 nombres son los que Lawrence Mykytiuk considera confirmados e identificados con inscripciones contemporáneas a su vida. Cada uno de ellos los argumenta con una larga nota a pie de página. No incluye personajes citados o aludidos en inscripciones de generaciones posteriores a la que vivieron.

Ajab, el esposo de la pérfida Jezabel.
Por ejemplo, a Ajab, rey de Israel, lo conocemos en la Biblia como el perseguidor del profeta Elías, motivado por su pérfida esposa, la pagana Jezabel. Si no fuera por la Biblia, de él sólo tendríamos un par de menciones en inscripciones en piedra, como su mención en el Monolito de Kurkh, encontrado en 1861, en el que Salmanaser III describe su victoria contra una alianza de 11 o 12 reyes en la batalla de Qarqar en el año 853 a.C., y uno de los vencidos es "A-ha-ab-bu Sir-ila-a-a", es decir, "Ajab Señor de Israel", quien acudió con "2.000 carros y 10.000 infantes".
Este texto del monolito de Kurkh,
aunque sea propaganda babilonia,
lo dice todo muy claro... en escritura cuneiforme.

Desempolvando un poco el cuneiforme del colegio, cualquiera puede buscar al rey Ajab en la inscripción.

Aunque Salmanaser "hinche" las cifras para darse más gloria, esos 2.000 carros implican la mitad de la fuerza aliada a la que se enfrentó, por lo que Ajab debía ser el líder e impulsor. Además, los palacios y edificios que tenemos de su época demuestran que su reino, aunque tomado por la impiedad según Elías, era económicamente fuerte.
Las inscripciones en piedra tampoco son "la verdad absoluta": la supuesta victoria de Salmanaser no debió ser tan victoriosa, porque la realidad es que no le alcanzaron las fuerzas para ocupar Siria ni castigar a los reyes aliados contra él.

¡La Biblia en un recibo!.
Otro ejemplo curioso se da cuando encontramos un nombre bíblico ¡en una factura o recibo! Por ejemplo, entre las 130.000 tabletas amontonadas en el Museo Británico, que se traducen y analizan con lentitud exasperante.
Un día de julio de 2007, el profesor Michael Jursa de la Universidad de Viena se sentó a traducir y transcribir esas tabletas cuando se encontró una muy bien conservada y fácil de traducir: una factura del año 595 antes de Cristo, 8 años antes de que los babilonios conquistaran Jerusalén, episodio descrito con detalle por Jeremías.
Factura de Nabusarsekim, jefe de eunucos, del 595 a.C., 8 años antes de entrar a sangre y fuego en Jerusalén.
 
En la factura leemos:
"1,5 minas [0,75 kg] de oro, propiedad de Nabu-sharrussu-ukin, el jefe de los eunucos, que envió a través del eunuco Arad Banitu a [el templo de] Esangila; Arad Banitu lo entregó. En la presencia de Bel-usat, hijo de Alpaya, guardaespaldas real; Nadin, hijo de Marduk-zer-ibni, mes nueve, dia 18, año 10 de Nabucodonosor rey de Babilonia".

Y, efectivamente, en Jeremías 39,1, se describe con detalle la entrada de los jefes y generales de Nabucodonosor en Jerusalén. La Biblia española de 1884 traducida por Torres Amat de la Vulgata latina enumera jefes: "Semegarnabu, Sarsachim..." La Biblia de la Conferencia Episcopal Española de 2011 en cambio habla del "príncipe de Sinmaguir, jefe de los magos, Nabusazbán, jefe de los eunucos..."¡Es lo que pasa cuando se traduce un idioma semítico, que no escribe las vocales ni separa las palabras!.
En realidad, el "nabu" (señor) no va con Semegarna (o Sinmaguir) sino con Sarsachim (Sharrussu-ukin), el jefe de eunucos (como le llama la Biblia y la factura del templo, 8 años anteriores a la conquista). Y así, la factura del Nabu-Sharrussu-kin, jefe de eunucos, confirma lo meticuloso y documentado de Jeremías al enumerar a Nabusarsakin, jefe de eunucos, entre los generales que entran triunfantes en Jerusalén. De hecho, este personaje está en el texto de Jeremías porque Jeremías es detallista y exacto, ya que Nabusarsakin no vuelve a ser mencionado ni cumple ninguna función narrativa o teológica más.

Sobná, el "predecesor" de San Pedro.
Lawrence Mykytiuk menciona también algunos personas, fuera de su lista de 50, que considera "casi reales", es decir, casi comprobados en su correlación entre el nombre bíblico y el documento arqueológico.
Un ejemplo es Sobná, el mayordomo de palacio de Jerusalén... a quien los católicos gustan de mencionar cuando debaten con protestantes acerca del poder del Papa.
Jesucristo explica a San Pedro: "a ti te doy las llaves del Reino". Y el símbolo de las llaves, a un judío, le hace pensar en Isaías 22,22, donde se describe la función de un mayordomo del reino davídico:"Pongo sobre sus hombros la llave del palacio de David: abrirá y nadie cerrará; cerrará y nadie abrirá".
En la ausencia del rey, el vicario o mayordomo tiene todo ese poder. Unas frases antes, en Isaías 22,15, vemos que un mayordomo anterior se portó mal, un tal Sobná, y por eso Dios le va a castigar quitándole las llaves.
Mykytiuk considera que Sobná existió entre el 726 y el 686 antes de Cristo, y que quizá también es el personaje mencionado en 2 Reyes 18,18 y siguientes (cuando aún no era mayordomo o vicario de palacio). En 1953 se encontró una tumba de un mayordomo real cortada en la roca en Silwan (o Siloam), cerca de Jerusalén, pero la inscripción del nombre no está completa aunque podría ser Sobná. Es tentador atribuirlo a Sobná, de quien leemos en Isaías 22,16, reprochándole:"te estás labrando un sepulcro en alto, excavando en la roca un lugar de reposo"...
Quizá sin la vanidad de Sobná y su caro sepulcro no se habría escrito el texto de Isaías, el símbolo de las Llaves no nos habría llegado por la Biblia, quizá Jesús no lo hubiera conocido o utilizado para explicar el poder que estaba entregando a Pedro, el nuevo senescal, vicario del Rey, portador de las Llaves. O quizá lo hubiera usado y el lector moderno no lo hubiera entendido al carecer de una referencia bíblica anterior. Eso se evitó, quién sabe, por la vanidad de Sobná que tanto molestó a Isaías.

Biblical Archeology Review, marzo/abril 2014.
Para ver las notas detalladas de las pruebas arqueológicas de cada uno (en inglés):

El Padre Anchieta, canonizado

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El miércoles 2 de abril de 2014.
Para celebrar este acontecimiento tan esperado por la Iglesia en Brasil, el cardenal Odilo Scherer pidió a los sacerdotes de la Arquidiócesis de Sao Paulo que tocaran las campanas de sus iglesias en señal de júbilo, y lo hicieran a partir de las 14 horas durante 5 minutos. Mientras suenan las campanadas, en la catedral de la Sé y en el patio del colegio, donde el padre Anchieta fundó la actual ciudad metrópoli de Sao Paulo, junto con otros compañeros, se expondrían dos grandes pancartas con la imagen del nuevo santo.
Esa misma tarde, el purpurado brasileño presidiría dos celebraciones eucarísticas de acción de gracias en la catedral de la Sé y en el colegio, a las 18 y a las 19,30 horas, respectivamente. 
En este país, llevan el nombre del padre Anchieta dos poblaciones, la principal avenida que atraviesa Sao Paulo, calles, hospitales, centros escolares, instituciones benéficas y culturales, etc. En varias plazas existen estatuas en su honor. Y aún hoy se conservan la escuela y la iglesia que construyó en Sao Paulo.
También hubo un repique general de campanas en todos los templos de ladiócesis de Tenerife-La Laguna (España), la tierra que vio nacer al misionero. 
Además, la Iglesia romana de San Ignacio acogerá el próximo 24 de abril, a las 18 horas, la Misa de acción de gracias por la canonización del padre Anchieta. El Santo Padre presidirá esta solemne eucaristía en la que estará presente el obispo nivariense, monseñor Bernardo Álvarez.

Reseña biográfica.
José de Anchieta nació el 19 de marzo de 1534 en San Cristóbal de la Laguna, en la isla de Tenerife (España). Su padre, Juan de Anchieta, era un vasco originario de Urrestilla, Azpeitia, tierra de san Ignacio de Loyola, con cuya familia estaba emparentado. Su madre, Mencía Díaz de Clavijo, era natural de Las Palmas y descendiente de la nobleza canaria.
En 1548 José de Anchieta y su hermano partieron hacia Portugal para estudiar en la Universidad de Coímbra, regentada por la Compañía de Jesús y una de las más prestigiosas de la época. En 1550, el padre Simón Rodrígues SJ, provincial de Portugal y uno de los primeros compañeros de san Ignacio, lo admitió en la Compañía de Jesús. Anchieta, animado por la lectura de las Cartas que enviaba Francisco Javier desde la India, deseaba ser misionero.

Misionero en Brasil.
Terminó el noviciado a los 19 años y, a pesar de sus problemas de salud, fue destinado a las misiones de Brasil. El 13 de julio de 1553 llegó al puerto de Bahía. Así comenzó su vida apostólica, extraordinaria e intensa, que desarrolló en gran parte junto al padre Manuel de Nóbrega SJ, provincial del Brasil, con quién compartió una profunda amistad. 
Su primer destino fue la Capitanía de San Vicente, donde vivían la mayor parte de los jesuitas de Brasil. Camino de San Vicente José vivió una de sus primeras aventuras. La embarcación en la que viajaba sufrió daños y tuvo que refugiarse en la costa. Establecieron contacto con los indígenas y, mientras duró la reparación de la nave, el joven jesuita aprovechó para aprender la lengua tupí. Aquellos días de obligada parada, mientras se acostumbraba a comer los productos del lugar, puso todas sus habilidades a disposición del aprendizaje de la lengua y las costumbres de los pobladores indígenas, algo que resultó ser fundamental para toda su labor en Brasil.
El 25 de enero de 1554 formó parte del grupo de portugueses que en Piratininga fundaron la actual ciudad metrópoli de Sao Paulo. Allí José de Anchieta construyó una maloca, una casa tradicional comunitaria destinada a ser centro misionero, que se convirtió en lugar de atención y asentamiento para los indígenas. Se les ofrecía instrucción en carpintería y artesanía, y los pequeños aprendían a leer y escribir. Por su parte, Anchieta aprendió de los indígenas técnicas curanderas, botánica y las propiedades de las plantas, que empezó a utilizar tanto para uso medicinal como para obtener fibras para fabricar alpargatas y piezas artesanales. También animó la construcción de casas de barro y ladrillo.

Poeta, escritor y lingüista.
Rápidamente llegó a dominar la lengua indígena. Preparó la primera gramática de la lengua tupí, que sirvió para el aprendizaje de la misma por parte de sus compañeros y que constituyó una gran aportación, con la que se convirtió en “misionero de misioneros”. Anchieta fue también poeta y dramaturgo, y escribió en latín, español, portugués y tupí. Se le atribuye también la creación y traducción de tres catecismos y otras obras sobre la realidad del país y de los pueblos indígenas. La Academia Brasileña de Letras y el Instituto Histórico y Geográfico Brasileño le consideran entre las grandes figuras de la cultura de Brasil.

Mediador por la paz.
En abril de 1563 emprendió, junto al provincial jesuita Manuel de Nóbrega, una expedición para preservar la paz con la federación de los indios tamoios. Nóbrega y Anchieta se internaron en terreno indio y se presentaron en Iperui, donde vivía el principal cacique tamoio: Caoquira. Lo vivido por los dos compañeros jesuitas en aquel tiempo entre los tamoios supuso toda una historia llena de esfuerzos de diálogo, peligros y amenazas, aprendizaje y santidad. Todos los intentos acabaron fracasando, pero Anchieta se llevó de su tiempo con los tamoios el Poema a la Virgen, escrito sobre la arena de la playa y memorizado por él mismo, y la admiración y amistad de algunos de los más importantes caciques. Fue el propio Cuñanbebe, uno de los más aguerridos jefes indígenas, el que lo devolvió a San Vicente después de varios meses de cautiverio.
Poco después se desplazó a la bahía de Guanabara donde los franceses, aliados con los tamoios, se hicieron fuertes contra los portugueses. Durante las batallas, Anchieta no paraba de atender a heridos de ambos bandos.
José de Anchieta se convirtió en un defensor de los derechos de los aborígenes y mestizos, y predicó contra las cacerías de indios y el mercado de esclavos. En 1566 fue ordenado sacerdote y volvió a Río donde ya se había fundado la misión de San Sebastián. Allí, junto a Nóbrega, que por entonces era un anciano, Anchieta fundó un colegio.
En 1577 fue nombrado provincial y, a lo largo de ocho años, recorrió repetidas veces el país. La atención y auxilio de enfermos y moribundos fue una de sus grandes preocupaciones. Siendo provincial envió a Paraguay a los primeros misioneros que formaron el núcleo original de la famosas Reducciones.
Murió el 9 de junio de 1597 en Reritinga, hoy ciudad Anchieta en su honor. El pueblo y la Iglesia en Brasil lo han considerado siempre como su gran evangelizador. El 22 de junio de 1980 fue beatificado por Juan Pablo II.

Mirar desde el corazón

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Entrevista en ALANDAR a Enrique Martínez Lozano

         El escriba que era Mateo se vio atrapado en un conflicto, al igual que la mayor parte de su comunidad: ¿cómo conciliar 'la novedad de Jesús' con la fidelidad a 'la ley de Moisés'?; se afirma que Jesús no viene a abolir la ley, pero a continuación se formulan las famosas “antítesis” (“se dijo…, pero yo os digo…”), que suponen una auténtica ruptura con la ley anterior. 
En cierto modo, da la impresión de que las primeras comunidades judeocristianas –como la del propio Mateo- se vieron obligadas a mantener un equilibrio no siempre fácil, entre quienes enfatizaban 'la novedad y quienes, por el contrario, buscaban salvar a toda costa 'la ortodoxia tradicional'. Por otro lado, las dificultades surgidas en la vida cotidiana de la comunidad explicarían también esas referencias minuciosas acerca de los pleitos.
         Con respecto a las conocidas 'antítesis', lo más llamativo, sin duda, es su radicalidad. Una radicalidad que apunta al corazón: no se trata solo de “no matar”etc.”. Recurriendo a un estilo hiperbólico de gusto oriental, Jesús apunta a la necesidad de vivir en conexión constante con lo mejor de nosotros mismos, anclados en 'esa identidad profunda que compartimos con todo y con todos'
Desde ese “lugar” sin ningún tipo de voluntarismo, es posible "ver" que lo que brote de nosotros lleve el sello del amor, hasta en lo más pequeñoEsa forma de “ver” y de "vivir", está por encima del culto
Por ello, el texto insiste en priorizar 'la reconciliación' por encima de 'la ofrenda del altar'. Duele constatar lo lejos que estamos aún de las palabras del Maestro, lo lejos que estamos aún de “ver”.

RELIGIÓN, ESPIRITUALIDAD, NO-DUALIDAD…Entrevista realizada por Lala Franco, publicada en Alandar 304 (enero 2014) 4-5. (por razones de espacio, ésta es la versión completa).

Enrique Martínez Lozano es escritor y conferenciante.  Psicoterapeuta y teólogo, se ha secularizado hace un año, lo que no ha cambiado un ápice la tarea a la que se dedica en exclusiva desde hace una década: el acompañamiento espiritual de grupos mediante el aprendizaje de 'la meditación' en talleres y retiros por toda la geografía nacional. Autor de numerosos libros, escribe un comentario semanal del Evangelio en clave no-dual, que puede leerse en su web, y que envía gratuitamente a quien desee recibirlo. La espiritualidad es su tema. El tiempo y el papel se quedan escasos para contener el río de su pensamiento y su experiencia.
La espiritualidad es para él 'un viaje a la plenitud de nosotros mismos que nos convertirá en personas unificadas y compasivas'. 

¿Enrique, qué es la espiritualidad?
Por decirlo de un modo sencillo, “espiritualidad” hace referencia directa a 'la dimensión profunda de lo real'. Podría añadirse que lo “espiritual” es todo lo real, en su “doble cara”: lo visible y lo invisible, lo manifiesto y lo inmanifestado… pero no como dos realidades añadidas, sino como 'los dos rostros de lo único Real'.

¿Podemos hablar de una inteligencia espiritual?
Indudablemente. Comprendo que haya personas a las que ese término les rechine, por diversos motivos, y que prefieran usar otro. Pero del mismo modo que no puede haber crecimiento humano sin el cultivo de la inteligencia emocional, tampoco es posible sin el cuidado de la “inteligencia espiritual”. La espiritualidad es una dimensión humana tan básica y fundamental como la corporeidad, la afectividad o la sociabilidad. 
Su olvido supone una amputación grave de la persona. Dicho de un modo más simple: del mismo modo que tenemos necesidades fisiológicas (somos cuerpo) y emocionales-afectivas (somos psiquismo), tenemos también necesidades espirituales que necesitamos conocer, gestionar y responder adecuadamente. 
Francesc Torralba ha escrito que el ser humano, sea religioso o no, tiene unas necesidades de orden espiritual que no puede satisfacer ni desarrollar si no es cultivando la inteligencia espiritual
Es así, y personalmente constato que cada vez son más los padres y educadores que se hallan en esta búsqueda. Es necesario trabajar la “inteligencia operativa” y la “inteligencia emocional”, pero si nos quedamos ahí, perpetuaremos el estado de “carencial” y con él, la ignorancia acerca de'quienes somos' y 'el sufrimiento'.

¿Cuáles son, según tu experiencia,  las aspiraciones del hombre de hoy en el terreno espiritual? ¿Hay sed de Dios?
Hay sed de interioridad, de profundidad, de silencio, de plenitud… Porque no se puede soportar demasiado tiempo esa carencia. 
La 'búsqueda' es expresión 'del hambre y de la sed' de Aquello que no puede ser satisfecho. “¿Dios?”. Siempre que no lo confundamos con 'la misma palabra' ni con ninguna de 'nuestras imágenes mentales'
El Maestro Eckhart decía, en el siglo XIII: “No tengas ningún 'dios pensado', porque cuando cambie tu pensamiento, ese dios caerá con él”. 
Y Charo Rodríguez, una poetisa amiga, escribe: “Solo el Dios encontrado, / ningún dios enseñado puede ser verdadero, / ningún dios enseñado. / Solo el Dios encontrado puede ser verdadero”.
Es comprensible que las personas vivan aferradas a imágenes de Dios, con las que han convivido desde niños,  pero para que haya crecimiento espiritual, se hace imprescindible reconocer que son solo 'imágenes' y dejar cualquier 'representación mental'. Solo entonces, estamos disponibles paraexperimentar y saborear 'el Misterio'. Y es que, como dijera el teólogo y cardenal Nicolás de Cusa, en el ya lejano siglo XV, Dios es 'lo no-otro' de nada”.

A Dios, dices,  no lo podemos pensar, solo vivirlo. Pero, ¿cómo vivir a Dios?
Seamos o no conscientes de ello, Dios ya se está viviendo en todos nosotros, en todo lo que es. Un Dios “separado” es solo 'una proyección mental'. Lo “dejamos vivir” sencillamente, en la medida en que caemos en la cuenta de ello. Ahí mismo empezamos a percibir y vivir 'la no-dualidad'.
“Vivir a Dios” es exactamente igual a “vivir nuestra verdadera identidad”. Y eso requiere, lógicamente, des-identificarnos del “yo” que creíamos ser. En “lo que somos”, no hay ningún tipo de dualidad con “lo que es”. 
Por eso, puede decirse que el camino espiritual consiste en 'la desapropiación del yo', no por ningún tipo de voluntarismo ético, sino porque hemos comprendido que nuestra identidad es otra
Eso es lo que vivió Jesús, tal como lo expresa Jean Sulivan, en una de las frases que me parecen más hermosas sobre él: “Jesús es lo que acontece cuando Dios habla sin obstáculos en un hombre. Eso es “vivir a Dios”.

Tú has llegado a la espiritualidad desde la psicología, afirmas. Y hablas continuamente de la 'no-dualidad'. psicología 'transpersonal'…son conceptos que hay que explicar a los no iniciados, y que tienen un significado grande en el terreno de la espiritualidad…
La "no-dualidad" es un “modo de conocer” y, por tanto, 'un modo de acercarnos a lo real y un modo de vivir', que me parece más ajustado que el “modo mental”, porque 'lo Real' no puede ser sino uno-en-la-diferencia.
Desde 'el modelo mental', se enfatiza uno de esos dos polos, y así se habla de 'monismo'(panteísmo) o 'dualismo'; pero eso no hace justicia a 'lo Real'; es solo una lectura mental.
Me parece que el paso del “modelo mental” al “modelo no-dual”, que se está empezando a dar ya en la filosofía, la psicología, la sociología, la hermenéutica… constituye uno de los cambios más revolucionarios de nuestro momento histórico, por todas las consecuencias que aporta. Es lo que siempre habían dicho los 'místicos'. En la actualidad, lo dicen incluso los físicos cuánticos. 
Estoy preparando un libro, que se titula precisamente: “Otro modo de ver, otro modo de vivir. Invitación a la no-dualidad”. El mismo trabajo en la preparación de ese libro me ha supuesto un gran enriquecimiento.
En cuanto a "la psicología transpersonal",  llamada también 'psicología integral', es aquella que no olvida ninguna dimensión del ser humano, somos más conscientes del empobrecimiento humano que supone el reducir la persona a una estructura psicosomática. La psicología 'transpersonal', desde la psicología 'humanista', nos hace caer en la cuenta de aquella dimensión más profundatransmental, transegoica, que no es otra que la dimensión espiritual.

¿No es el reconocimiento de la Presencia, algo común a las tradiciones religiosas?
Efectivamente, más allá de las palabras que usemos Presencia, Consciencia, Plenitud, Vacío, Dios… las religiones surgen habitadas por un mismo anhelo: desvelar el misterio de la existencia, responder a las preguntas: 
“¿Quién soy yo?” y “¿qué sentido tiene todo esto?”, apuntar hacia el Misterio último: laMismidad 'de lo que es'…La pena es cuando se absolutizan y remiten a ellas mismas -contra estatendencia 'autorreferencial' de la religión está hablando mucho el papa Francisco- o se enredan en palabras o 'creencias', a las que atribuyen un (imposible) valor absoluto.
Las religiones tienen tendencia a caer en una doble trampa: 'buscar el poder' y 'confundir su creencia con la verdad'. ¡ Justo lo opuesto a lo que enseñaba Jesús !. 
Eso hace que aparezcan ante la gente con 'un aire de superioridad', que provoca cada vez más recelos, cuando no rechazo abierto. En un movimiento de autodefensa, la religión esgrime que 'su creencia no es aceptada debido al relativismo actual', pero con frecuencia, el condenado“relativismo” no es sino una etiqueta descalificadora que usa quien no puede o no sabe convivir fácilmente con 'el pluralismo'.

Es decir, que religión y espiritualidad no son identificables…
No; podemos considerar la religión como 'el mapa', y la espiritualidad como 'el territorio'; o en otra imagen clásica, la religión es la “copa”, mientras la espiritualidad es el “vino”. Mientras se percibe así, no hay ningún problema. 
Religión y espiritualidad no están identificadas, pero tampoco tienen por qué estar reñidas. 
El problema llega cuando las religiones se olvidan de que son solo 'una construcción humana que busca “canalizar” el Anhelo', un medio al servicio de lo que somos. Cuando eso ocurre, la religión, en lugar de unir, separa y excluye. 
La espiritualidad, por el contrario, es siempre inclusiva, por una razón muy simple: porque constituye nada menos que el territorio de nuestra “identidad compartida”, más allá de los “mapas” que utilicemos. 
Esto explica también que pueda existir legítimamente una “espiritualidad religiosa”, al lado de una“espiritualidad laica” (Marià Corbí) o una “espiritualidad atea” (André Comte-Sponville). 
En mi opinión, las religiones están llamadas a vivirse como “servidoras” de la vida de las personas y de la espiritualidad.

¿Qué hay en la tradición religiosa católica para saciar la sed espiritual de que hablábamos al inicio?
¡Una profunda riqueza! : la persona de Jesús de Nazaret; la sabiduría de los textos fundantes; una tradición ininterrumpida de 'experiencia mística', aunque en ocasiones haya quedado “nublada” o velada por aspectos institucionales, que parecían ocupar y controlar todo; una 'tradición secular de humanización y entrega', al lado, sin embargo, de actitudes y comportamientos 'fanáticos', autoritarios, violentos, culpabilizadores y represores. 
La historia cristiana me parece un espejo patente de lo que es la ambigüedad de lo humano; o, expresado de otra forma, de lo que es capaz de hacer 'el ego', incluso con 'lo más sagrado'.

Hay muchas prácticas cristianas que ayudan a una rica experiencia interior… ¿no tenemos ahí un tesoro por redescubrir?.
Sin duda, la tradición cristiana es un tesoro por 'redescubrir', y en algunos casos, incluso por estrenar, si confrontamos 'nuestra vivencia' - y la de la Iglesia-, con lo que fue Jesús de Nazaret.
En ese 'redescubrimiento', me parece que ha de ocupar un lugar esencial lo que fue el “camino” más característico de Jesús: la compasión hacia el ser humano en necesidad. 
Y, simultáneamente, 'toda la gran tradición contemplativa', que ha sido considerada habitualmente en la Iglesia como 'algo marginal'. Esto me parece un enorme empobrecimiento.

Hablemos, pues, de meditación…
La meditación no es, en primer lugar, un método ni una práctica…, sino un modo de vivir o un modo de ser, un estado de consciencia, caracterizado precisamente por 'la no-dualidad'.
Al estar habitualmente identificados con la mente, necesitamos “ejercitarnos” en superar es inercia, y así poder 'descorrer el velo' que nos impide reconocer nuestra verdadera identidad
En este sentido, "meditar" consiste en estar en el presente, acallar la mente y atender a lo que está aconteciendo. Son tres modos de expresar lo mismo, ya que esas tres cosas no pueden darse sino simultáneamente.

Eso me lleva a preguntarte por el prestigio de lo oriental, de lo budista en concreto. ¿Cuál es la razón de ese prestigio?
Primero, que contiene mucha sabiduría y mucha experiencia. 
No hace mucho, un budista me comentaba: “Entre nosotros, damos prioridad a 'la experiencia que conduce a la sabiduría', al «despertar»; vosotros, en cambio, dais preferencia a las "creencias" y a la sumisión a la autoridad religiosa”.
Pero hay otros factores: uno no menor consiste precisamente en el hecho de que, al venir nosotros de una 'tradición religiosa' que parecía encerrada en 'creencias' y 'mandamientos', hemos estado echando de menos 'el cultivo de la dimensión espiritual¡, de una forma experiencial. Por otro lado, aunque es cierto que el Maestro Eckhart, Teresa de Jesús o Juan de la Cruz son exponentes sublimes de la experiencia mística, ellos, a diferencia de los maestros de Oriente, no dan una“pedagogía” para avanzar por ese camino contemplativo.
Al mismo tiempo, nos hemos hecho conscientes, como decía antes,  de que toda religión no es sino un “mapa” que intenta 'desvelar el misterio del existir' o apuntar hacia el “territorio” anhelado que somos. 
Al verlo así, no solo queda sanamente relativizada toda 'creencia', sino que aprendemos a contrastar los diferentes mapas con la riqueza que cada uno de ellos aporta. 
Estoy convencido de que el futuro de las religiones ha de ser el encuentro humilde entre ellas, en el que se descubran 'buscadoras humildes al servicio de la genuina espiritualidad': es lo que quería expresar al hablar de los “mapas” al servicio del “territorio”. Me gustaría citar un libro que me parece muy valioso en todo este campo del llamado “diálogo interreligioso”. Es el libro de un experto, Javier Melloni,  que lleva por título: “Hacia un tiempo de síntesis”. 

El “mindfulness”, tan actual, ¿es lo mismo que la meditación?.
Se suele decir que el mindfulness ha significado el descubrimiento de la meditación por parte de la psicología y la psiquiatría. Tanto es así, que en la última década, la cuestión más investigada dentro del campo psicológico, en Estados Unidos, ha sido la eficacia del mindfulness para el trabajo terapéutico.
Con todo, en rigor, siendo una muy buena noticia el interés de la psicología por ello, no es exactamente lo mismo que la meditación
El mindfulness o 'atención plena' puede entenderse como una herramienta terapéutica que 'favorece la unificación e integración psicológica de la persona'. 
Pero 'la meditación' -repito, hablando con rigor-, si bien es imposible vivirse sin “atención plena”, es otra cosa; como decía antes, 'es un estado de consciencia, caracterizado por  la no-dualidad'. 
¿Cómo cultivar la espiritualidad, cuál es tu propuesta para avanzar en el camino espiritual?
La respuesta también es sencilla: creciendo en consciencia de quienes somos. Al final, todo se ventila en la respuesta adecuada a esta pregunta: “¿quién soy yo?”.
Mientras la respuesta sea inadecuada, permaneceremos en 'la ignorancia' y 'el sufrimiento' -aunque seamos personas muy “religiosas”-; por el contrario, la respuesta adecuada, liberándonos de ello,tiene sabor de plenitud.
Lo que ocurre es que la respuesta no puede venir desde 'la mente' (el modelo mental de conocer) porque, al ser una parte de lo que somos, su respuesta es inevitablemente reductora; nos hace creer que somos apenas una estructura psicofísica, un “yo individual”; es decir, reduce nuestra identidad al“yo-idea”. Cuando se trabaja a partir de esa creencia, todo –el mismo trabajo psicológico e incluso la propia vivencia religiosa- resulta empobrecido.
La respuesta adecuada no puede ser resultado de un razonamiento o de una elaboración conceptual.Porque no podemos ser nada que podamos pensar, ya que todo lo pensado necesariamente es un objeto (mental). 
Únicamente podemos conocer 'lo que somos'…'cuando lo somos'. Y para ello necesitamos'silenciar la mente', y así acceder a una experiencia directa, inmediata y autoevidente de nuestra verdadera identidad.
Aquí se da una hermosa y profunda paradoja: ni podemos pensar lo que somos, ni somos lo que podamos pensar. 
Una paradoja que encuentra un atractivo paralelismo en lo que nos dice la 'física cuántica': “lo que vemos no es real, y lo real no podemos verlo”. 
El 'camino espiritual' es reconocer quiénes somos y vivirnos conectados a ello. 
A esto las tradiciones espirituales le han llamado “despertar”, un estado de consciencia que se caracteriza por la sabiduría (comprensión) y la compasión.

Sobre Jesús de Nazaret

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PARA NUESTRA REFLEXIÓN:

Estos vídeos parten de una concepción historicista de la figura de Jesús de Nazaret; independientemente de si tenemos fe en Jesús como Encarnación de Dios o sencillamente le admiramos como un gran superhombre. Uno de los hechos es que existió, hay documentación proviniente incluso de historiadores no-cristianos.
Ofreciendo estos vídeos pretendemos el objetivo fundamental de "provocar la reflexión, el acercamiento a la figura de Jesús, el Hijo de Dios".
Para ahondar un poco en ellos les proponemos estos elementos para la reflexión:
  • ¿Ayuda el desarrollo de estos documentales a entender la forma en que Jesús de Nazaret fue relacionándose con la sociedad de su tiempo?. ¿Qué destacaríamos como novedades halladas en esta documentación?.
  • ¿Qué valores encontramos en la forma de narrar los hechos que la BBC señala en estos vídeos?. ¿En qué nos ayuda esta documentación para entender mejor los relatos evangélicos?.
  • ¿A qué nos lleva o nos puede llevar el conocimiento de éstos y otros muchos detalles sobre el Jesús histórico que aquí se mencionan?.
  • ¿Qué es lo verdaderamente esencial en nuestra fe cristiana?. ¿Cómo podemos crecer en la fe, autentificarla, hacerla más fiel a Dios y liberarla de todo aquello que nos aparta de Él?.
Hagamos diálogo en familia de estas cuestiones.
A los alumnos que están en Religión les animo siempre a "leer, que no teman zambullirse en los libros de Ciencia porque la Ciencia no es enemiga de Dios ni de la fe; más bien es al revés: cuanto más instruidos, cuanto mayor sea el Conocimiento... mejor para la fe".
Lo esencial "no está en la forma en que se narran las cosas sino en su significado, en su fondo"; ahí es donde nos hemos de agarrar.

Vídeos para Semana Santa

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José Luis Iglesias Meilán, Cura Diocesano de Bilbao (Pepelu) comparte con nosotros una serie de vídeos todos relacionados con la Semana Santa, Evangelios en formato vídeo y otras composiciones alusivas:
Evangelio en formato video (pasión):

Estos cuatro vídeos son muy simbólicos y provocativos cara acoger de forma diferente lo que significa el domingo de Ramos, el Jueves Santo, el Viernes Santo y la Pascua. El que sean animaciones no quiere decir que sea para niños o pre-adolescentes.... si, pero con adultos que acompañan, y acogen):


¿Nos lavamos las manos... o asumimos nuestra responsabilidad?

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El Papa Francisco presidió la celebración del Domingo de Ramos llevando el báculo pastoral que le donaron los presos de la cárcel italiana de San Remo.

Antes de celebrar la Eucaristía realizó la tradicional bendición de las palmas con miles de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, en la jornada en la también se celebra, a nivel diocesano en todo el mundo, la 29ª Jornada mundial de la Juventud, ocasión durante la cual los jóvenes brasileños entregaron la Cruz y el icono mariano de la Salus Populi Romani a sus coetáneos polacos, para que los lleven en peregrinación a Cracovia, sede de la próxima JMJ, que se celebrará en el verano europeo del año 2016 ante la presencia del Papa.

Palmas trenzadas de la región italiana de Pulla.
En una Plaza de San Pedro en la que por decimoquinta vez, el adorno de los olivos fue ofrecido por la región italiana de Pulla y los tradicionales ‘parmurelli’ – es decir las palmas trenzadas – por la ciudad de San Remo, el Obispo de Roma conmemoró la entrada de Jesús en Jerusalén, el Domingo de Pasión, que abre la Semana Santa.

Preguntas del Papa en su homilía.
¿Dónde está mi corazón? ¿Soy yo como Pilato que cuando veo que la situación es difícil, me lavo las manos y no sé asumir mi responsabilidad y dejo condenar – o condeno yo – a las personas? ¿Quién soy yo? ¿Me parezco a Judas o a María, que llora a su Jesús?¿Quién soy yo, ante mi Señor?, son algunas de las preguntas que el Papa hizo en su homilía de este Domingo de la Pasión del Señor, que abre la Semana Santa.

Homilía completa del Santo Padre durante la Eucaristía del domingo de Ramos.
«Esta semana comienza con una procesión festiva con ramas de olivo: todo el pueblo acoge a Jesús. Los niños y los jóvenes cantan, alaban a Jesús. Pero esta semana va adelante en el misterio de la muerte de Jesús y de su resurrección. Hemos escuchado la Pasión del Señor. Nos hará bien preguntarnos ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo ante mi Señor? ¿Quién soy yo, delante de Jesús entrando en Jerusalén en este día de fiesta? ¿Soy capaz de expresar mi alegría, de alabarlo? ¿O tomo las distancias? ¿Quién soy yo, delante de Jesús que sufre?

»Hemos oído muchos nombres: tantos nombres. El grupo de líderes religiosos, algunos sacerdotes, algunos fariseos, algunos maestros de la ley que había decidido matarlo. Estaban esperando la oportunidad de apresarlo ¿Soy yo como uno de ellos? Incluso hemos oído otro nombre: Judas. 30 monedas. ¿Yo soy como Judas?

»Hemos escuchado otros nombres: los discípulos que no entendían nada, que se quedaron dormidos mientras el Señor sufría. ¿Mi vida está dormida? ¿O soy como los discípulos, que no entendían lo que era traicionar a Jesús? ¿O como aquel otro discípulo que quería resolver todo con la espada: ¿soy yo como ellos? ¿Yo soy como Judas, que finge amar y besa Maestro para entregarlo, para traicionarlo? ¿Soy yo, un traidor? ¿Soy como aquellos líderes religiosos que tienen prisa en organizar un tribunal y buscan falsos testigos: ¿Soy yo como ellos?.

»Y cuando hago estas cosas, si las hago, ¿creo que con esto salvo al pueblo? ¿Soy yo como Pilato que cuando veo que la situación es difícil, me lavo las manos y no sé asumir mi responsabilidad y dejo condenar – o condeno yo – a las personas? ¿Soy yo como aquella muchedumbre que no sabía bien si estaba en una reunión religiosa, en un juicio o en un circo, y elije a Barrabás?.

»Para ellos es lo mismo: era más divertido, para humillar a Jesús. ¿Soy yo como los soldados que golpean al Señor, le escupen, lo insultan, se divierten con la humillación del Señor? ¿Soy yo como el Cireneo que regresaba del trabajo, fatigado, pero que tuvo la buena volunta de ayudar al Señor a llevar la cruz? ¿Soy yo como aquellos que pasaban delante de la Cruz y se burlaban de Jesús?: “¡Pero... tan valeroso! ¡Que descienda de la cruz, y nosotros creeremos en Él!”.

»La burla a Jesús… ¿Soy yo como aquellas mujeres valientes, y como la mamá de Jesús, que estaba allí, y sufrían en silencio? ¿Soy yo como José, el discípulo escondido, que lleva el cuerpo de Jesús con amor, para darle sepultura? ¿Soy yo como estas dos Marías, que permanecen en la puerta del Sepulcro, llorando, rezando? ¿Soy yo como estos dirigentes que al día siguiente fueron a los de Pilato para decir: “Pero, mira que éste decía que habría resucitado; pero que no venga otro engaño”, y frenan la vida, bloquean el sepulcro para defender la doctrina, para que la vida no salga afuera? ¿Dónde está mi corazón? ¿A cuál de éstas personas yo me parezco?.

¿Qué es "meditar"?.

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En Semana Santa, así como en los días previos de la Cuaresma se nos invitaba a "meditar"; acaba de empezar el tiempo de Pascua y también la Iglesia nos invita a "meditar" sobre el significado de este tiempo. Pero... ¿qué es "meditar"?.

MEDITAR, de la antigua raíz indoeuropea med-, del sánscrito madha “sabiduría”, del gr. médomai , 'conocer, pensar, meditar', pero también'cuidar, curar', y lat. medium,'en medio' (remedium, médicus, medicina), y castellano'medir', es sumergirnos en 'el centro profundo de nuestro ser', "descentrando" nuestra individualidad hacia el misterioso Fondo en el que 'todo es', en el que los seres 'vivimos nos movemos y somos', que es el 'Corazón' de los seres, hallarnos en paz, y hallar así el 'remedio' de heridas abiertas por todas las cerrazones, la medicina de mi 'ser' para 'vivir y respirar sano', y nada mejor que 'estar plenamente allí donde estamos, en el centro mismo de 'lo que somos'.

 Así podrá  ver todo en su 'verdadera' y justa medida'. No es pensar, reflexionar con la 'mente'', ni es 'rezar', aunque la oración bella y sentida puede ayudar a meditar, y entrar en la secreta y universal bienaventuranza de tu ser, que es 'la vibración universal, el Espíritu creador, la quietud activa, la paz profunda que todo lo habita y mueve', y adentrarse, como Elías en el Horeb, en 'la brisa suave' que es la Presencia de Dios en todas las cosas.
¿Qué otra cosa han hecho muchas gentes sencillas rezando el rosario, “oyendo” la misa, o simplemente dejándose llevar más allá de las oraciones que recitaban o los sermones que escuchaban?.
La oración más devota, el sermón más brillante o la idea más sublime acerca de “Dios”, pueden alejarte de Dios, impedirte 'ser en Dios', bondad indemne, feliz y creadora, que 'ES, lo que ERES', y poder 'ser Lo que Eres'.
Para ejercitar la simple y pura atención, puedes fijarla en tu respiración, o en tu cuerpo, o en un mantra o una jaculatoria cualquiera, o en una imagen que te inspira, no importa la forma.
Por cierto, no nos vendría nada mal dedicar cada día un rato a 'pensar y tener un criterio razonado' sobre las imágenes, y discursos que nos inundan y engañan. Pero el pensamiento o la mente, que es uno de nuestros recursos más 'útiles' puede convertirse en trampa, pues sucede que la mente con sus pensamientos nos separa de nuestro 'autentico ser' profundo, indemne y feliz, intentando convencernos de que somos los 'recuerdos' que nos hieren, los 'miedos'  y los proyectos, que acaban por agotarnos. Es bueno y necesario 'pensar', pero meditar no es eso. Los pensamientos pueden ayudar a meditar pero sólo a condición de que te lleven a SER, y entrar en 'el silencio', que es más que 'callar'.
Es mucho más que 'sentarse', quedar quietos y callar, pero es muy bueno liberarse de las 'ideas' que torturan, de angustias, miedos y rencores. Y, libre de esos pensamientos, desapegado de tu ego, simplemente 'atender', recoger toda tu atención en la misteriosa Presencia Buena, del 'Presente' que te envuelve y eres, y, mirarlo todo en su simplicidad primera, con mirada compasiva.
Meditar así cada día, es la mejor medicina y tú mismo lo podrás comprobar, pero...solo a condición de que no busques ningún resultado, ningún remedio concreto, y 'recogerse humildemente', como un niño en brazos de su madre.

Para orar. “LA CEGUERA”     (Eloy Sánchez Rosillo) 

“Mirar no es sólo asunto de los ojos. Primero, ciérralos unos instantes, y dentro de ti busca - en tu sosiego - la facultad de ver. Y ahora ábrelos, y mira”.


José Arregi  (Publicado en DEIA y en los Diarios del Grupo NOTICIAS).

La pasión, muerte y resurrección explicadas por niños

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Todo suena distinto, aunque sea el mismo mensaje, cuando éste es contado por los niños.
Disfrútenlo.

Ternura: la savia del amor

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Leonardo Boff

            Los caminos que van del corazón de un hombre al corazón de una mujer son misteriosos. Igualmente misteriosas son las travesías del corazón de dos hombres y respectivamente de dos mujeres que se encuentran y se declaran sus mutuos afectos. De ese ir y venir nace el enamoramiento, el amor y finalmente el casamiento o la unión estable. Como tratamos con libertades, las parejas se encuentran expuestas a eventos imponderables.
            La propia existencia nunca está fijada de una vez. Vive en permanente diálogo con el medio. Ese intercambio no deja a nadie inmune. Cada uno vive expuesto. Las fidelidades mutuas son puestas a prueba. En el matrimonio, apagada la pasión, empieza la vida cotidiana con su rutina gris. En la convivencia a dos suceden desencuentros, irrumpen pasiones volcánicas por la fascinación de otra persona. No es raro que después del éxtasis siga la decepción. Hay vueltas, perdones, renovación de promesas y reconciliaciones. Siempre sobran, sin embargo, las heridas, que, aunque cicatricen, recuerdan que un día sangraron.
            El amor es una llama viva que arde pero que puede oscilar y lentamente ir cubriéndose de cenizas hasta apagarse. No es que las personas se odien, se vuelven indiferentes unas a otras. Es la muerte del amor. El verso 11 del Cántico Espiritual del místico San Juan de la Cruz, que son canciones de amor entre el alma y Dios, dice con fina observación: «el mal de amor no se cura sino con la presencia y la figura». No basta el amor platónico, virtual o a distancia. El amor exige presencia. Quiere la figura concreta que más que la piel-a-piel es el cara-a-cara y el corazón sintiendo el palpitar del corazón del otro.
            Bien dice el místico poeta: el amor es una dolencia que, en mis palabras, sólo se cura con lo que yo llamaría ternura esencial. La ternura es la savia del amor. Si quieres guardar, fortalecer, dar sostenibilidad al amor sé tierno con tu compañero o con tu compañera. Sin el aceite de la ternura no se alimenta la llama sagrada del amor. Se  apaga.

¿Qué es la ternura?.

            De entrada, descartemos las concepciones psicologizantes y superficiales que identifican la ternura como mera emoción y excitación del sentimiento frente al otro. La concentración solo en el sentimiento genera el sentimentalismo. El sentimentalismo es un producto de la subjetividad mal integrada. Es el sujeto que se pliega sobre sí mismo y celebra las sensaciones que el otro provocó en él. No sale de sí mismo.
            La ternura, por el contrario,irrumpe cuando la persona se descentra de sí misma, sale en dirección al otro, siente al otro como otro, participa de su existencia, se deja tocar por su historia de vida. El otro marca al sujeto. Ese demorarse en el otro, no por las sensaciones que nos produce, sino por amor, por el aprecio a su persona y por la valoración de su vida y de su lucha. “Te amo no porque eres hermosa; eres hermosa porque te amo”.
            La ternura es el afecto que damos a las personas en sí mismas. Es el cuidado sin obsesión. Ternura no es afeminación ni renuncia de rigor. Es un afecto que, a su manera, nos abre al conocimiento del otro. El Papa Francisco hablando en Río a los obispos les pidió “la revolución de la ternura” como condición para un encuentro pastoral verdadero.
            En realidad sólo conocemos bien cuando tenemos afecto y nos sentimos envueltos con la persona con la cual queremos establecer comunión. La ternura puede y debe convivir con el extremo empeño por una causa, como fue ejemplarmente demostrado por el revolucionario  Che Guevara (1928-1968). De él guardamos esta sentencia inspiradora: “hay que endurecerse pero sin perder nunca la ternura”. La ternura incluye la creatividad y la auto-realización de la persona junto y a través de la persona amada.
            La relación de ternura no envuelve angustia porque está libre de la búsqueda de ventajas y de dominación. El enternecimiento es la fuerza propia del corazón, es el deseo profundo de compartir caminos. La angustia del otro es mi angustia, su éxito es mi éxito y su salvación o perdición es mi salvación y, en el fondo, no sólo mía sino de todos.
            Blas Pascal (1623-1662), filósofo y matemático francés del siglo XVII, introdujo una distinción importante que nos ayuda a entender la ternura: distingue el esprit de finesse del esprit de géometrie.
            El esprit de finesse es el espíritu de finura, de sensibilidad, de cuidado y de ternura. El espíritu no sólo piensa y razona. Va más allá, porque añade al raciocinio sensibilidad, intuición y capacidad de sentir en profundidad. Del espíritu de finura nace el mundo de las excelencias, de los grandes sueños, de los valores y de los compromisos a los cuales vale la pena dedicar energías y tiempo.
            El esprit de géometrie es el espíritu de cálculo y de trabajo, interesado en la eficacia y en el poder. Pero donde hay concentración de poder ahí no hay ternura ni amor. Por eso las personas autoritarias son duras y sin ternura y, a veces, sin piedad. Pero este es el modo de ser que ha imperado en la modernidad. Ésta ha arrinconado, bajo un montón de sospechas, todo lo relacionado con el afecto y la ternura.
De aquí se deriva también el vacío aterrador de nuestra cultura “geométrica” con su plétora de sensaciones pero sin experiencias profundas; con una acumulación fantástica de saber pero con escasa sabiduría, con demasiado vigor muscular, demasiada sexualización, demasiados artefactos de destrucción, mostrados en los serial killer, pero sin ternura ni cuidado de unos con otros, con la Tierra, y con sus hijos e hijas, con el futuro común de todos. 
El amor y la vida son frágiles. Su fuerza invencible viene de la ternura con la cual los rodeamos y los alimentamos siempre.

Leonardo Boff, autor de La fuerza de la ternura, Mar de Idéas, Rio 2012.

Cristo es el Buen Samaritano

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Normalmente, cuando leemos la preciosa parábola del buen samaritano, aquel hombre que siendo extranjero al pueblo de Israel, se hizo prójimo del hombre que había sido robado y apaleado y estaba tirado y herido al borde del camino, nos quedamos con su primer sentido. Es el más evidente: amar es hacerse prójimo de quien sufre.
¿Qué es la caridad? ¿Qué es el amor?. Cargar sobre nuestros hombros el dolor de nuestros hermanos y procurar aliviarlo, ayudarlo. El amor es una entrega servicial que, generalmente, poco tiene que ver con los sentimientos y estados afectivos. Amar es servir, amar es acercarse, amar es curar.
Pero avanzando más en la lectura e interpretación de esta parábola, llegamos ya a un segundo sentido, más hondo, el cristológico. En la parábola vemos a Cristo; en el buen samaritano reconocemos a Cristo, el verdadero buen samaritano.
Ya hace tiempo lo explicamos y así aprendemos también a interpretar cristológicamente toda la Escritura, pues Cristo está "como escondido" en todo, y todo nos habla de Él. Recordemos esa catequesis sobre la parábola cristológicamente explicada del buen samaritano.
Sigamos ahondando en esa parábola que nos encierra y a la vez nos descubre grandes tesoros para comprender el misterio de la encarnación del Verbo y de su redención.
"Amar, dice Jesús, es comportarse como el buen samaritano. Por lo demás, sabemos que el buen samaritano por excelencia es precisamente él: aunque era Dios, no dudó en rebajarse hasta hacerse hombre y dar la vida por nosotros" (Benedicto XVI, Ángelus, 15-julio-2007).

Gran pregunta, ¿qué es amar?.

Amar será reproducir en nosotros -por gracia- la caridad que mueve a Cristo, buen Samaritano.
 "La parábola del buen Samaritano (cf. Lc 10, 25-37) nos lleva sobre todo a dos aclaraciones importantes. Mientras el concepto de « prójimo » hasta entonces se refería esencialmente a los conciudadanos y a los extranjeros que se establecían en la tierra de Israel, y por tanto a la comunidad compacta de un país o de un pueblo, ahora este límite desaparece. Mi prójimo es cualquiera que tenga necesidad de mí y que yo pueda ayudar. Se universaliza el concepto de prójimo, pero permaneciendo concreto. Aunque se extienda a todos los hombres, el amor al prójimo no se reduce a una actitud genérica y abstracta, poco exigente en sí misma, sino que requiere mi compromiso práctico aquí y ahora. La Iglesia tiene siempre el deber de interpretar cada vez esta relación entre lejanía y proximidad, con vistas a la vida práctica de sus miembros" (Benedicto XVI, Deus caritas est, 15).

Este amor de Cristo, buen samaritano, nos enseña a amar y a vivir en el mundo y a convertir la Iglesia en un "espacio de caridad", con relaciones fraternas y una dimensión de servicio al hombre por amor a Cristo:
"La Iglesia es la familia de Dios en el mundo. En esta familia no debe haber nadie que sufra por falta de lo necesario. Pero, al mismo tiempo, la caritas-agapé supera los confines de la Iglesia; la parábola del buen Samaritano sigue siendo el criterio de comportamiento y muestra la universalidad del amor que se dirige hacia el necesitado encontrado « casualmente » (cf. Lc 10, 31), quienquiera que sea. No obstante, quedando a salvo la universalidad del amor, también se da la exigencia específicamente eclesial de que, precisamente en la Iglesia misma como familia, ninguno de sus miembros sufra por encontrarse en necesidad. En este sentido, siguen teniendo valor las palabras de la Carta a los Gálatas: « Mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe » (6, 10)" (Benedicto XVI, Deus caritas est, 25).

Así la caridad cristiana deviene en acción real, concreta, a hombres concretos. Abandonemos el lenguaje de los grandes discursos y compromisos, de los manifiestos y compromisos, y miremos la verdad de la caridad cristiana (la que nace de Cristo) que se concreta en la vida de su Iglesia:
"Según el modelo expuesto en la parábola del buen Samaritano, la caridad cristiana es ante todo y simplemente la respuesta a una necesidad inmediata en una determinada situación: los hambrientos han de ser saciados, los desnudos vestidos, los enfermos atendidos para que se recuperen, los prisioneros visitados, etc. Las organizaciones caritativas de la Iglesia, comenzando por Cáritas (diocesana, nacional, internacional), han de hacer lo posible para poner a disposición los medios necesarios y, sobre todo, los hombres y mujeres que desempeñan estos cometidos. Por lo que se refiere al servicio que se ofrece a los que sufren, es preciso que sean competentes profesionalmente: quienes prestan ayuda han de ser formados de manera que sepan hacer lo más apropiado y de la manera más adecuada, asumiendo el compromiso de que se continúe después las atenciones necesarias. Un primer requisito fundamental es la competencia profesional, pero por sí sola no basta. En efecto, se trata de seres humanos, y los seres humanos necesitan siempre algo más que una atención sólo técnicamente correcta. Necesitan humanidad. Necesitan atención cordial. Cuantos trabajan en las instituciones caritativas de la Iglesia deben distinguirse por no limitarse a realizar con destreza lo más conveniente en cada momento, sino por su dedicación al otro con una atención que sale del corazón, para que el otro experimente su riqueza de humanidad. Por eso, dichos agentes, además de la preparación profesional, necesitan también y sobre todo una « formación del corazón »: se les ha de guiar hacia ese encuentro con Dios en Cristo, que suscite en ellos el amor y abra su espíritu al otro, de modo que, para ellos, el amor al prójimo ya no sea un mandamiento por así decir impuesto desde fuera, sino una consecuencia que se desprende de su fe, la cual actúa por la caridad (cf. Ga 5, 6)" (Benedicto XVI, Deus caritas est, 31).

¡Qué hermosa es la caridad que, naciendo sobrenatural, es tan finamente humana, delicada, en servicio a quien sufre, acercándose a quien sufre!.

Al fin y al cabo:
  1. ¿No fue esto lo que hizo Cristo, dejando su gloria (Jerusalén) bajó hasta nosotros que estábamos perdidos (Jericó)?.
  2. ¿No nos encontró derribados y heridos (por el pecado)?.
  3. ¿No nos tomó sobre sus hombros y nos montó en su cabalgadura (su santa humanidad)?.
  4. ¿No curó nuestras heridas y nos llevó a la posada (la Iglesia) para ser atendidos por el posadero?.
  5. ¿No limpió nuestras heridas con aceite y vino (sacramentos del bautismo y la Eucaristía)?. 


Como él, seamos prójimos-cercanos de quien nos necesite.

Jornada de "puertas abiertas" de JUSTICIA Y PAZ TENERIFE

El Gran Diluvio. ¿Entienden?.

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Hace unos días tuve clase de Religión con un grupo de niños de 2º de Primaria. En el tema se hablaba del gran diluvio universal y de Noé.
En el libro de texto se hacía un resumen del relato bíblico adaptado -supuestamente- a la mentalidad de los niños en estas edades pero dejaba sin resolver el sentido de la justicia que está tan marcado en los niños más que en nadie (con los años vamos perdiendo ese sentido o bien lo adulteramos).
Cada vez que me encuentro en los textos con el relato de Abraham y su hijo Isaac y éste de Noé, aparte de otros no tan llamativos pero no menos necesarios de explicar adecuadamente me surge el mismo dilema:
¿Qué hago?, ¿hago una exégesis del texto explicándolo en su sentido real o bien me limito a seguir la línea que plantean las editoriales que tratan de pasar de puntillas por estas cuestiones bajo el supuesto de que "en estas edades los niños no entienden o no entenderían"?.
Finalmente, siempre opto por "tratar de explicar conforme aprendí en mis años de estudiante de Teología, me explique bien o no, comprendan bien o no, pero por supuesto me niego a dejar la cosa tal como está".
¡Cuántas críticas a la Religión, a la misma Biblia y cuántas burlas hacia los creyentes por creer en un Dios que en esos relatos se muestra aparentemente cruel y vengativo, justiciero e implacable se podrían evitar!, si no se renunciara a HABLAR CLARO y ayudar a comprender la diferencia entre el lenguaje mítico y el racional, entre el ropaje y la realidad.

Así fue.

Propuse a los niños y niñas que leyeran primero personalmente, cada cual a su ritmo, el relato del "Diluvio universal y el Arca de Noé". Luego, resueltas las dudas en relación con algunas palabras que decían no entender pasamos a leerlo en voz alta "por turnos"; al terminar les pregunté:
- "¿Qué entendieron de este relato?".
La mayoría se quedó sólo con lo anecdótico y con la idea de que "todos eran malos menos Noé y su familia y por eso Dios les castigó".
Algunos no levantaban la mano y otros pocos más sí la alzaron pero para plantear cosas como ésta:
- "Profe, siempre nos han dicho que Dios es bueno y lo perdona todo, pero si Él es bueno y lo perdona todo... ¿porqué mandó ese diluvio?, ¿no podía haber perdonado a todos?".
Esperaba esa cuestión (siempre hay expresiones así, en cualquier grupo) y les respondí con otra pregunta:
- "¿Han oído ustedes alguna vez la frase: "No hagas tal cosa porque, si la haces, Dios te castigará"?; y cuando luego o al día siguiente nos pasa algo malo nos viene la misma persona y nos dice: "¿Viste?, eso te pasó por lo que tú hiciste ayer; ya te castigó Dios". ¿Les suena esto?".
Y los niños se rieron con ganas casi todos y contestaron:
- "Sí profe, es verdad, a mí me lo dicen casi todos los días" (y lo sueltan casi a la vez todos ellos -"¿cómo se comportarán estos chiquillos en sus casas", pienso en mi interior-). Y continué:
- "Pues eso pasó en la época de Noé: Muchos hacían caso y trataban de vivir de acuerdo con el Plan de Dios pero otros, entonces como hoy, hacían muchas veces al contrario; quienes observaban eso advertían a la gente con lo mismo que ustedes han oído a sus mayores y cuando sucedían los males decían: "Esto ha sido por lo que ustedes estaban haciendo mal tiempo atrás".
Ellos me miraron entonces con cara de gran sorpresa, ojos como platos, y añadí:
- "¿Creen ustedes que aquel diluvio lo mandó Dios para que se ahogaran todos menos Noé y su familia y así "limpiar todos los males"? (eso de "limpiar todos los males" era lo que decía el libro de texto). La respuesta fue casi unánime y muy sonora:
- "¡¡Noooo!!". Repuse después:
- "Entonces, ¿qué es lo que pasó realmente?". Se quedaron un rato sin saber qué decir, así que traté de ayudar:
- "Aquellas gentes tuvieron la misma experiencia que vivimos nosotros cuando hacemos el mal y algunos creen que Dios nos va  a castigar cada vez que hagamos alguna cosa que esté mal y, claro, cuando sucede algo que nos perjudica... algunos INTERPRETAN que en realidad eso no es algo natural sino que es obra de Dios directamente. ¿No es un diluvio una cosa natural que puede suceder alguna vez y de hecho sucede?". Contestaron:
- "Siiii".
- "Pues eso fue lo que pasó: hubo un diluvio, y tanto llovió que se llenó de tanta agua todos los alrededores que pensaron que se había inundado toda la Tierra y algunos interpretaron eso como si fuese un castigo de Dios. Pero ¿era realmente un castigo de Dios o era simplemente una cosa natural?".
- "Mi papá me contó que hace años llovió tanto aquí en Tenerife que ¡hasta murieron personas ahogadas, profe!".
- "Y seguro que eran buenas personas, al menos algunas de ellas", repuso otro niño.
- "Y no tenían ninguna culpa de aquella tormenta", añadió el mismo niño.
- "Exacto. ¿Pudo haber pasado exactamente lo mismo en tiempos de Noé?".
Nuevamente y con alegría como de alivio respondieron casi a coro:
- "¡Síiiii!".
Esta sesión duraba 3/4 de hora y se me fue en leer el relato, dialogar sobre él y realizar un par de actividades muy sencillitas en su propio libro relacionadas con este relato. No utilicé la pizarra digital ni pude hacer uso de un vídeo que traía preparado mediante enlace-web porque la red, como casi todos los días, estaba caída o funcionaba tan lenta que era botar el tiempo a la basura tratar de acceder a ella de nuevo.

Los niños SÍ ENTIENDEN.

¡Hay tanto que necesita reconducirse!....
Tenemos en nuestras manos una gran responsabilidad todos los EDUCADORES, especialmente quienes de una u otra manera participamos de esta tarea de EDUCAR EN LA FE y en el conocimiento de la Biblia y de su mensaje más allá de lo aparente, formal o ritual.
Me pregunto qué sería de la fe de estos niños y niñas y jóvenes si Dios no supliera con creces todas nuestras limitaciones y también si no hubiese maestras y maestros que puestos en manos del Maestro les hablaran y enseñaran a descubrir el rostro de Dios aún a pesar de ciertos libros, ñoñerías sin cuento y supuestos completamente falsos, como ése de que "los niños a estas edades no pueden comprender el sentido de ciertos textos bíblicos y no podemos entretenernos en explicar nada; mejor dejar eso para cuando estén en la ESO o en Bachiller", dicen. Pero ignoran que muchos de todos éstos que sí están en Religión en Primaria desaparecen cuando llegan a Secundaria y, por supuesto, nadie o casi nadie de ellos pisa una parroquia si no es para una boda, un bautizo o un funeral y para de contar.
¿Quién tiene pues que intervenir y además "a tiempo"?. ¿Qué hemos de esperar?: ¿a que despotriquen de nosotros -y con razón- por no decirles las cosas como son cuando quisieron conocerlas "aunque quizás no entendieran"?.

Esto aún está en debate pero este menda ya optó hace años; para mí y otros compañeros/as la cosa está más que clara: "los niños entienden mucho más y mejor de lo que nos imaginamos", bobos no son y tienen derecho a ver y conocer el rostro de Dios mejor de como lo hemos hecho en otras ocasiones, sin tapujos ni nada que lo desdibuje; hay que darles la ocasión del encuentro directo con El y que aunque ese encuentro se realice al cabo del tiempo que sea... que les ayude a ello el no olvidar jamás que "Dios no es vengativo, justiciero ni implacable en su justicia -justicia que no es como la nuestra, afortunadamente- y no haya palabras ni ropajes que les impida ver en Él a Quien es realmente: AMOR". (1ª Jn, 4,8).

Navidad... eres tú

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"La Navidad suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien un poco de silencio, para oír la voz del Amor."

Navidad eres tú, cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma. 
El pino de Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida.
Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus virtudes son colores que adornan tu vida.
La campana de Navidad eres tú, cuando llamas, congregas y buscas unir.

Eres también luz de Navidad, cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, alegría y la generosidad. 
Los ángeles de Navidad eres tú, cuando cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor.

La estrella de Navidad eres tú, cuando conduces a alguien al encuentro con el Señor.
Eres también los reyes Magos, cuando das lo mejor que tienes sin importar a quien.
La música de Navidad eres tú cuando conquistas la armonía dentro de ti.

El regalo de Navidad eres tú, cuando eres de verdad amigo y hermano de todo ser humano.
La tarjeta de Navidad eres tú, cuando la bondad está escrita en tus manos.
La felicitación de Navidad eres tú, cuando perdonas y reestableces la paz, aun cuando sufras.

La cena de Navidad eres tú, cuando sacias de pan y de esperanza al pobre que está a tu lado. 
Tú eres, sí, la noche de Navidad, cuando humilde y consciente, recibes en el silencio de la noche al Salvador del mundo sin ruidos ni grandes celebraciones; tú eres sonrisa  de confianza y de ternura, en la paz interior de una Navidad perenne que establece el Reino dentro de ti.

(Papa Francisco)

Carta del Papa Francisco a los cristianos de Oriente Medio

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Queridos hermanos y hermanas:
«¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos consuela en cualquier tribulación nuestra hasta el punto de poder consolar nosotros a los demás en cualquier lucha, mediante el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios!» (2 Co 1,3-4).
Fueron estas palabras del apóstol Pablo las que se me vinieron a la mente cuando pensaba dirigirme a vosotros, hermanos cristianos de Oriente Medio. Lo hago a las puertas de la Navidad, a sabiendas de que para muchos de vosotros las notas de los villancicos estarán mezcladas con lágrimas y suspiros. Sin embargo, el nacimiento del Hijo de Dios en nuestra carne humana es un misterio inefable de consolación: «Pues se ha manifestado la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres» (Tt 2,11).
Por desgracia, nunca han faltado tribulación ni aflicción en Oriente Medio tanto en el pasado como recientemente. En los últimos meses se han agravado debido a los conflictos que afligen a la Región, pero especialmente por la actividad de una reciente y preocupante organización terrorista, de unas dimensiones nunca antes vistas, que comete todo tipo de abusos y prácticas inhumanas, golpeando especialmente a aquellos de vosotros que han sido brutalmente expulsados de sus tierras, en las que los cristianos están presentes desde la época apostólica.
Al dirigirme a vosotros, no puedo olvidarme de otros grupos religiosos y étnicos que sufren también la persecución y las consecuencias de estos conflictos. Sigo cada día las noticias del inmenso sufrimiento de tantas personas en Oriente Medio. Pienso especialmente en los niños, las madres, los ancianos, los desplazados y refugiados, los que pasan hambre, los que tienen que soportar la dureza del invierno sin un techo bajo el que protegerse. Este sufrimiento clama a Dios y apela al compromiso de todos nosotros, con la oración y todo tipo de iniciativas. Deseo hacer llegar a todos mi cercanía y solidaridad, así como la de la Iglesia, y dar una palabra de consuelo y esperanza.
Queridos hermanos y hermanas, que con valentía dais testimonio de Jesús en vuestra tierra bendecida por el Señor, nuestro consuelo y nuestra esperanza es Cristo. Por tanto, os animo a permanecer unidos a Él, como los sarmientos a la vid, seguros de que ni la tribulación, la angustia o la persecución podrán separarnos de Él (cf. Rm 8,35). Que la prueba que estáis atravesando fortalezca vuestra fe y fidelidad.
Rezo para que viváis la comunión fraterna a ejemplo de la primera comunidad de Jerusalén. La unidad querida por nuestro Señor es más necesaria que nunca en estos tiempos difíciles; es un don de Dios que interpela a nuestra libertad y espera nuestra respuesta. Que la Palabra de Dios, los sacramentos, la oración y la fraternidad, alimenten y renueven continuamente vuestras comunidades.
La situación en que vivís es una fuerte llamada a la santidad de vida, como así lo han atestiguado los santos y mártires de diversa pertenencia eclesial. Recuerdo con afecto y veneración a los Pastores y fieles a los que en los últimos tiempos se les ha pedido el sacrificio de la vida, a menudo por el mero hecho de ser cristianos. También pienso en las personas secuestradas, entre las cuales se encuentran algunos Obispos ortodoxos y sacerdotes de diversos ritos. ¡Ojalá puedan volver pronto sanos y salvos a sus casas y comunidades! Le pido a Dios que tanto sufrimiento unido a la cruz del Señor dé frutos abundantes para la Iglesia y los pueblos de Oriente Medio.
En medio de las enemistades y los conflictos, la comunión vivida entre vosotros, con fraternidad y sencillez, es un signo del Reino de Dios. Me alegro de las buenas relaciones y la cooperación entre los Patriarcas de las Iglesias orientales católicas y los Ortodoxos, así como entre los fieles de las diversas Iglesias. El sufrimiento que padecen los cristianos constituye una aportación inestimable a la causa de la unidad. Se trata del ecumenismo de la sangre, que requiere abandonarse confiadamente a la acción del Espíritu Santo.
¡Que podáis dar siempre testimonio de Jesús en medio de las dificultades! Vuestra presencia es valiosa para Oriente Medio. Sois un pequeño rebaño, pero con una gran responsabilidad en la tierra en que nació y se extendió el cristianismo. Sois como la levadura en la masa. Antes que cualquiera de las actividades de la Iglesia en el ámbito de educativo, sanitario o asistencial, tan valoradas por todos, la mayor riqueza para la región son los cristianos, sois vosotros. Gracias por vuestra perseverancia.
Vuestros intentos por colaborar con personas de otras religiones, con judíos y musulmanes, es otro signo del Reino de Dios. El diálogo interreligioso es tanto más necesario cuanto más difícil es la situación. No hay otro camino. El diálogo basado en una actitud de apertura, en la verdad y el amor, es también el mejor antídoto contra la tentación del fundamentalismo religioso, que es una amenaza para los creyentes de todas las religiones. El diálogo es a la vez un servicio a la justicia y una condición necesaria para la tan deseada paz.
La mayor parte de vosotros vive en un ambiente de mayoría musulmana. Podéis ayudar a vuestros conciudadanos musulmanes a presentar con discernimiento una imagen más auténtica del Islam, como quieren muchos de ellos, que repiten que el Islam es una religión de paz, que se puede armonizar con el respeto de los derechos humanos y favorecer la convivencia de todos. Será algo bueno para ellos y para toda la sociedad. La dramática situación que viven nuestros hermanos cristianos en Irak, y también los Yazidíes y los miembros de otras comunidades religiosas y étnicas, exige por parte de todos los líderes religiosos una postura clara y valiente, para condenar unánimemente y sin rodeos esos crimines, y denunciar la práctica de invocar la religión para justificarlos.
Queridos hermanos, casi todos vosotros sois ciudadanos nativos de vuestros países y, por lo tanto, tenéis el deber y el derecho de participar plenamente en la vida y crecimiento de vuestra nación. En la Región estáis llamados a ser constructores de paz, de reconciliación y desarrollo, a promover el diálogo, construir puentes, según el espíritu de las bienaventuranzas (cf.Mt 5,3-12), a proclamar el evangelio de la paz, dispuestos a colaborar con todas las autoridades nacionales e internacionales.
Deseo expresar mi especial reconocimiento y gratitud a todos vosotros, queridos hermanos Patriarcas, Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, que acompañáis con solicitud el camino de vuestras comunidades. ¡Qué preciosa es la presencia y actividad de los que se han consagrado totalmente al Señor y lo sirven en los hermanos, especialmente en los más necesitados, testimoniando su grandeza y su amor infinito! ¡Qué importante es la presencia de los Pastores junto a su rebaño, especialmente en los momentos de dificultad!
A vosotros, jóvenes, os mando un abrazo paternal. Rezo por vuestra fe, por vuestro crecimiento humano y cristiano, y para que vuestros mejores proyectos se cumplan. Y os repito: «No tengáis miedo ni vergüenza de ser cristianos. La relación con Jesús os hará disponibles para colaborar sin reservas con vuestros conciudadanos, con independencia de su afiliación religiosa» (Exh. ap. Ecclesia in Medio Oriente, 63).
A vosotros, ancianos, os hago llegar mis sentimientos de aprecio. Sois la memoria de vuestros pueblos; espero que esta memoria sea semilla de crecimiento para las nuevas generaciones.
Me gustaría alentar a aquellos de vosotros que trabajan en las áreas tan importantes de la caridad y de la educación. Admiro el trabajo que estáis haciendo, especialmente a través de Cáritas y con la ayuda de otras organizaciones caritativas católicas de diferentes países, ayudando a todos sin distinción. A través del testimonio de la caridad, ofrecéis el apoyo más valioso a la vida social y también contribuís a la paz, de la que la Región está tan hambrienta como de pan. Pero también en el ámbito de la educación está en juego el futuro de la sociedad. Qué importante es la educación en la cultura del encuentro, del respeto de la dignidad de la persona y del valor absoluto de todo ser humano.
Queridos hermanos, aunque pocos en número, sois protagonistas de la vida de la Iglesia y de los países en los que vivís. Toda la Iglesia está con vosotros y os apoya, con gran afecto y estima por vuestras comunidades y vuestra misión. Vamos a seguir ayudándoos con la oración y otros medios disponibles.
Al mismo tiempo, sigo instando a la Comunidad internacional para que venga en ayuda de vuestras necesidades y de las otras minorías que sufren; en primer lugar, promoviendo la paz a través de la negociación y la actividad diplomática, tratando de atajar y detener cuanto antes la violencia que ya ha causado demasiado daño. Reitero la más firme condena del tráfico de armas. Necesitamos en cambio proyectos e iniciativas de paz, para promover una solución global a los problemas de la Región. ¿Hasta cuándo tendrá que seguir sufriendo Oriente Medio por la falta de paz? No podemos resignarnos a los conflictos como si no fuera posible un cambio. En sintonía con mi peregrinación a Tierra Santa y el posterior encuentro de oración en el Vaticano con los Presidentes israelita y palestino, os invito a seguir orando por la paz en Oriente Medio. Que quien se vio obligado a abandonar sus tierras, pueda regresar y vivir con dignidad y seguridad. Que la asistencia humanitaria se incremente, siempre buscando el bien de la persona y de cada país, respetando su propia identidad, sin anteponer otros intereses. Que toda la Iglesia y la Comunidad internacional sean cada vez más conscientes de la importancia de vuestra presencia en la Región.
Queridos hermanas y hermanos cristianos de Oriente Medio, tenéis una gran responsabilidad y no estáis solos frente a ella. Por eso he querido escribiros para animaros y para deciros lo valiosa que es vuestra presencia y vuestra misión en esta tierra bendecida por el Señor. Vuestro testimonio me hace mucho bien. Gracias. Todos los días rezo por vosotros y vuestras intenciones. Os doy las gracias porque sé que vosotros, en vuestros sufrimientos, rezáis por mí y por mi servicio a la Iglesia. Realmente espero tener la gracia de ir en persona a visitaros y confortaros. Que la Virgen María, la Santísima Madre de Dios y Madre nuestra, os acompañe y proteja siempre con su ternura. A todos vosotros y a vuestras familias imparto la Bendición Apostólica con el deseo de que viváis la Santa Navidad en el amor y la paz de Cristo Salvador.

Vaticano, 21 de Diciembre de 2014, IV Domingo de Adviento

FRANCISCUS

El Papa, en estado de gracia

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El crédito de Francisco sigue creciendo fuera del Vaticano mientras en el interior se extiende un cierto desconcierto ante su forma personalista de ejercer el poder.

El papa Francisco llegó al Vaticano el 17 de diciembre, cuando cumplía 78 años.

La clave está en el poder. Los moralistas del siglo XVII sostenían que el poder es un hábito que se quita solamente con la muerte. Joseph Ratzinger, en cambio, sintió que su incapacidad para ejercerlo lo estaba asfixiando y, en un gesto desesperado —el único grito de un hombre que jamás levantó la voz—, decidió quitárselo. Jorge Mario Bergoglio no tendrá ese problema. Le encanta el poder. Ama ejercerlo. Y, por si fuera poco, desde Buenos Aires tuvo la suficiente perspectiva para contemplar qué sucede en el Vaticano cuando dos papas consecutivos —Juan Pablo II, durante su larga enfermedad, y Benedicto XVI, por su incapacidad para mandar— dejan el destino de la Iglesia en manos de una Curia ensimismada, enfrentada entre sí, a merced de los instintos mundanos. De ahí que, al margen de que se esté más o menos de acuerdo con sus planes, ya nadie duda en el Vaticano de que el huésped de 78 años que, cada madrugada a las cuatro y media, enciende la luz de la habitación 201 de la residencia de Santa Marta, reza durante un par de horas, dice misa a las siete y desayuna después con gran apetito, está dispuesto a usar todo su poder para cambiar la Iglesia.

El cómo lo conseguirá, cuándo, apoyándose en quién, por qué ruta, hasta dónde, sigue siendo una incógnita. Porque, a diferencia de extramuros, donde el crédito de Francisco no para de acrecentarse desde 
su elección hace año y medio, en el pequeño Estado reina un cierto desconcierto. No fueron pocos los que soñaron con que, más allá de los gestos —la cruz de plata, los zapatos gastados, el coche pequeño, la renuncia al lujoso apartamento papal—, Francisco terminase entrando en el redil de los papas, que claudicara ante una burocracia pesada, llena de compromisos, atada a la historia y a la doctrina. Se equivocaron. Bergoglio llegó solo y sigue prácticamente solo. Nadie sabe a ciencia cierta quiénes —al margen de las cosas prácticas que le soluciona su secretario, Fabian Perocchio— forman el equipo del Papa, en quiénes confía a ciegas.
Un alto cargo del Vaticano admite, entre admirado y sorprendido, que Bergoglio parece tener mil micrófonos escondidos o disponer de una legión de confidentes: “Es increíble. Se entera de todo. A veces llama a alguien y le pregunta: me han dicho que no estás de acuerdo con esto que he dicho, dime por qué, tal vez yo esté equivocado... Imagínate cómo se te queda el cuerpo. Ya se sabe que los papas no vienen con libro de instrucciones, cada uno es de una manera, ahí tienes el carisma extrovertido de Karol Wojtyla o la timidez intelectual de Joseph Ratzinger, pero Jorge Mario Bergoglio es un caso aparte, todavía por catalogar. Cuando intentamos averiguar por dónde va a venir, ya hace rato que ha pasado”.
“A veces llama a alguien y le pregunta: me dicen que no estás de acuerdo, dime por qué, tal vez esté equivocado”, explica un alto cargo vaticano.

Al otro lado del teléfono, la periodista argentina Alicia Barrios no puede contener la risa. Es amiga del “padre Jorge” desde hace muchos años y no le extraña el desconcierto vaticano. Ella sí tiene una explicación. “Es una persona que despierta empatía. Todos lo quieren y todos van a contarle cosas, y cuando digo todos son todos, incluyendo los guardias suizos o los funcionarios. Pero una cosa es ser popular, carismático, que la gente te quiera, te cante un tango o te regale una tarta de cumpleaños, y otra muy distinta es ejercer el liderazgo. El padre Jorge es un líder y ejerce como líder. Esto es el cambio. Y es lo que, tal vez, la gente no se esperaba”.
Un diplomático del Vaticano asiente. Cuando, pocas horas después de su elección, en el aula Pablo VI, delante de cientos de periodistas de todo el mundo, Bergoglio dijo aquello de “cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres”, no fueron pocos los que pensaron —hay quien todavía lo cree— que no se trataba más que de una frase bonita, un deseo nacido para no cumplirse, un maquillaje tal vez útil para tapar las arrugas, pero no las heridas.

Ya se empieza a ver que no es así. Dos altos cargos del Vaticano que, bajo estricto secreto de confesión, han hablado para este periódico reconocen que el cambio ya está en marcha; “aunque a veces actúe saltándose los protocolos establecidos y provocando por ello alguna que otra reacción contraria”. La razón para un comportamiento así de expeditivo, según su amiga Alicia, es que el Papa sabe que no tiene ni un minuto que perder: “No lo veo llegando a viejo de Papa. No creo que se eternice en el cargo, que el suyo sea un papado largo. Fundamentalmente, porque a él le gusta mandar. Él ejerce el mando. Y no dejará que nadie mande por él. Le gusta conducir, estar pendiente de todos los detalles. Los discursos se los escribe él mismo, y con mucha antelación. Le gusta hacerlo, es doctor en Letras y un poeta de la Biblia. El padre Jorge —yo sigo llamándolo así— no lee nada que no haya escrito. Por eso tiene prisa. Sabe que tiene que cambiar la Iglesia y que tiene que hacerlo ya”.

El Papa, el día de su cumpleaños, el 17 de diciembre.

Es la misma sensación que hay dentro del Vaticano. Se puede decir que Jorge Mario Bergoglio actúa en dos niveles. Uno es el público. Sus declaraciones. Sus viajes. Sus arriesgadas iniciativas entre las que destaca el encuentro entre palestinos e israelíes en el Vaticano o la exitosa mediación entre EE UU y Cuba. En un tiempo en que la fama es tan efímera como un mensaje de 140 caracteres, que la maquinaria mediática necesita constantemente héroes nuevos y desechables, el Papa —¡el jefe de la Iglesia católica!— sigue un año y medio después de su sorprendente elección instalado en la lista de los personajes más valorados, subido al pedestal de las noticias más leídas. Un buen ejemplo es su visita reciente a Estrasburgo. Su largo e intenso discurso fue interrumpido constantemente por los aplausos de los europarlamentarios. Pero no de todos al mismo tiempo. Cuando arremetía contra el sistema económico mundial, los privilegios y la casta, un sector aplaudía a rabiar y el otro callaba o lo hacía con timidez. Pero cuando hablaba a favor del “respeto a la vida desde el momento de la concepción”, los tornas se cambiaban. El estado de gracia mediática de Bergoglio hace que todos escuchen lo que quieren escuchar y no se incomoden por lo que no les conviene. “La actriz Virna Lisi, fallecida el jueves”, dice una fuente, “anunció hace unos años un dentífrico en el que se veía su sonrisa espectacular y una leyenda que explicaba: ¡con esa boca puedes decir lo que quieras! Al Papa se le puede aplicar. Si alguno de sus antecesores hubiera dicho algunas de las cosas que dice él, se hubiese montado un gran escándalo”.

El otro nivel de actuación del Papa se produce a resguardo de los ojos del gran público, pero no es menos trascendente. Una de los altos cargos del Vaticano lo resume con un par de frases: “Está cambiando la Iglesia. No hay más que ver el caso de España. Está cambiando el perfil de las sedes arzobispales. Ya lo ha hecho en Madrid, Valencia, Zaragoza, Badajoz… Y están al caer Granada, Barcelona, Burgos. En un año habrá cambiado siete u ocho arzobispos. La opinión que tiene de la jerarquía eclesiástica española es muy mala. Porque no tienen gran formación y ni siquiera son pastores. Si se tiene en cuenta que en 2015 se jubilan 15 obispos, que los sustituirá por gente de su confianza y que en Roma hará lo mismo —en febrero hay un consistorio y se producirán nuevos nombramientos—, en cuatro años habrá cambiado el perfil del próximo cónclave…”.
“Le encanta ser cura. Y está cumpliendo su sueño de cura siendo Papa. Ahora tiene poder”, cuenta la periodista argentina Alicia Barrios.

No se trata, por tanto, solo de su pontificado. Bergoglio siente que las piedras sobre las que está edificada la Iglesia amenazan ruina, y se ha puesto manos a la obra para cambiarlas ante la perplejidad del Vaticano. “Está decidido”, dice otra fuente, “a descentralizar la Curia romana, ponerla al servicio de las conferencias episcopales, reducir los dicasterios [ministerios] y el número de cardenales, constituir un gabinete de Gobierno y darle voz a los fieles. No quiere que solo opinen los que están arriba de la tarta —los obispos, los cardenales—, sino también los que sufren los problemas reales. Lo de llevar la Iglesia a la periferia lo hará a rajatabla”.

Desde Buenos Aires, su amiga Alicia Barrios dice que no le sorprende. Y lo explica: “El secreto es que le encanta ser cura. Y está cumpliendo su sueño de cura siendo Papa. Los curas se frustran porque no tienen poder, pues ahora Francisco es un cura con poder. La prueba de que está cumpliendo su sueño se le ve en la cara, está feliz. Hay quien dice que ha cambiado. No es verdad. Mantiene su sentido del humor, continúa gastando bromas”. Hace unos días, el cardenal alemán Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y uno de los más reacios a la apertura, le contó a Bergoglio que, como arzobispo emérito de Ratisbona, tenía que cabalgar en una procesión. El Papa le contestó: “Pobre caballo”. Al gigante Müller le suele desconcertar la guasa de Francisco. Unas veces porque no la entiende, y otras porque le parece impropia de un Papa.
Durante el reciente sínodo sobre la familia, Francisco quiso que cada sesión se abriera con un testimonio. Hubo uno que impactó especialmente. El de los australianos Ron y Mavis Pirola. Contaron que unos amigos suyos que habían educado a sus hijos en la moral católica se encontraron con un problema el día que, uno de ellos, les dijo que quería asistir a la cena de Navidad junto a su compañero gay. No sabían qué hacer. Por un lado, les habían educado en el rechazo. Por otro, era su hijo. Tras escuchar el testimonio, el cura Bergoglio, vestido de Papa, pidió a obispos y cardenales que buscaran una solución.
Lo que salió de aquella discusión fue un desencuentro grande y retransmitido entre el sector más tradicional y aquel que, en sintonía con Francisco, quiere abrir la puerta a las nuevas familias. El Papa sabe que los próximos meses van a ser duros. El huésped de la habitación 201 tiene ante sí el difícil reto de usar su poder para cambiar el rumbo de la Iglesia. A ser posible, sin romperla.

(Colaboración aportada por el amigo y hermano en Cristo: Juan Hernández)

El misterio de Sodoma y Gomorra

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"Entonces Yahvé hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte de Yahvé. Y arrasó aquellas ciudades y todo a la redonda, con todos los habitantes de las ciudades y la vegetación del suelo".     (Génesis 19,24-25).

Etimología.

El nombre de Sodoma se encuentra relacionado con la raíz árabe ‘sadama’, cuyo significado es ‘tristeza’, ‘angustia’, ‘arrepentimiento’, ‘agotamiento’, y su gentilicio es ‘sodomita’. Se la describe como una de las ciudades que formaron parte de la Pentápolis bíblica, y estaba situada a orillas del Mar Muerto, la cual fue destruida junto a Gomorra, de acuerdo al Antiguo Testamento de la Biblia.
Gomorra es conocida en hebreo moderno como ‘Amora’ y en griego antiguo ‘Gómorrha’, y su significado etimológico es ‘agua profunda, copiosa, abundante’, y estaba situada también junto al Mar Muerto.

Localización geográfica.

Sodoma y Gomorra estaban situadas la una muy cerca de la otra en una llanura. Muy cerca de las dos ciudades se encontraba el Valle de Sidim, en el cual abundaban los pozos de asfalto, todo ello cercano al Mar Muerto o Mar Salado. También muy cerca de dichas ciudades se encontraban las de Admá, Soar y Zeboim.

La historia bíblica.

El rey de Sodoma era Bera y el de Gomorra era Birsha (Génesis 14,2-3). En aquellos tiempos tanto Sodoma como Gomorra estaban en guerra con los reinos de Elam, Sinar, Elazar y Goim, siendo este último el reino vencedor.
Lot y sus gente fueron hechos prisioneros por el reino de Goim en Sodoma, donde Lot y su familia residían, y fueron trasladados a Dan, de donde fueron rescatados por Abraham, el tío de Lot, junto con sus bienes y su gente (Génesis 14,15-16). Lot regresó a Sodoma, pero por aquel tiempo Sodoma ya tenía fama de ciudad de gente perversa.
Según el relato del capítulo 18 del libro del Génesis, Dios reveló a Abraham que destruiría Sodoma y Gomorra por medio de fuego y azufre, porque su pecado era muy grave e irreversible, y sólo Lot y su familia podrían ser salvados (Génesis 18,20-21). Abraham intercedió por los justos de la ciudad de Sodoma y Dios le repuso que no la destruiría si, al menos, encontraba cincuenta justos allí. Dios permitió a Abraham interceder hasta que se convenciera de que allí no había ni diez justos.
Según continúa el capítulo 19 del Génesis (19,1-38), dos ángeles de Dios entraron en Sodoma para rescatar a Lot. Los ángeles eran de hermosa apariencia y llamaron la atención de los hombres de aquella ciudad. Al verlos, Lot les invitó e insistió en que pasaran la noche en su casa, pero antes de que se acostaran, los hombres de Sodoma cercaron la casa de Lot y le exigieron que les entregara a sus invitados con el propósito de abusar de ellos. Pero Lot se negó a hacerlo y, en cambio, les ofreció a sus dos hijas vírgenes para que se saciaran con ellas. La  turba no aceptó la propuesta e intentaron romper la puerta de la casa de Lot, pero los dos invitados cegaron a los asaltantes (Génesis 19,6-9).
Después los ángeles dijeron a Lot que sacara de la ciudad a su familia. Lot avisó a sus yernos, pero éstos creyeron que bromeaba, así que Lot marchó solo con su esposa y sus hijas. Los ángeles, antes de retirarse, instruyeron a Lot de que pasara lo que pasara no se volviesen a mirar hacia atrás, puesto que quien lo hiciera se convertiría en estatua de sal. Lot huyó con su familia a una pequeña ciudad llamada Soar, que significa ‘pequeñez’ o ‘una nada’, al sudoeste del Mar Muerto. En pleno camino Dios provocó la destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 19,14-24). De camino hacia Soar fue cuando la esposa de Lot se dio la vuelta para mirar atrás y quedó convertida en estatua de sal (Génesis 19,26).
En Deuteronomio 29,23 se señala que conjuntamente con Sodoma y Gomorra también quedaron destruidas las ciudades de Admá y Zeboim. Lot iba a refugiarse en Soar, pero ante el temor por la suerte de esa ciudad de Soar, prefirió refugiarse en una cueva con toda su descendencia (Génesis 19,30).

La razón de la destrucción.

Algunos deducende la lectuar de este texto que el relato denuncia las prácticas homosexuales, pero aunque fuera cierto no se puede concluir categóricamente que Dios haya destruido esas ciudades sólo por esa razón, ya que las palabras hebreas de aquella época no tienen una correspondencia exacta con los significados y el prisma cultural con el cual hoy las entendemos. Pero también dice que tanto los habitantes de Sodoma y Gomorra, así como las ciudades vecinas ‘fornicaron y se fueron tras una carne diferente’ (Judas 1,7), y que los de aquellas ciudades llevaban ‘una conducta licenciosa de hombres disolutos’ (2ª. Pedro 2,7).

Verdadero motivo bíblico.

En Ezequiel 16,49-50 se indica claramente el motivo de la cólera divina cuando dice: "Este fue el crimen de tu hermana Sodoma: orgullo, voracidad, indolencia de la dulce vida tuvieron ella y sus hijas; no socorrieron al pobre y al indigente, se enorgullecieron y cometieron abominaciones ante mí: por eso las hice desaparecer, como tú has visto". Aparte de sus propios crímenes y sus violaciones a la ley del amor, Ezequiel apunta claramente a la abominación de la Ley de Dios, que claramente prohíbe la perversión sexual pero sobre todo hace referencia al orgullo y a la soberbia, al egoísmo, al olvido de la justicia a favor del pobre.

La destrucción según la arqueología.

En 1989 el arqueólogo Ron Wyatt dijo haber hallado los vestigios de dos ciudades convertidas en cenizas en la margen occidental del Mar Muerto, una de ellas al pie de Masada y la otra al pie del monte Sodoma. Según su testimonio, Wyatt encontró en esas ruinas cimientos de edificios y otras estructuras, así como restos de cerámica, todo ello enterrado por la ceniza.
Según su propia investigación, estas ciudades fueron destruidas hace aproximadamente 3,900 años por un catastrófico incendio, cuyas causas pudo deberse a la concurrencia de fuertes terremotos, posibles corrimientos de tierra hacia el Mar Muerto y la liberación explosiva del material inflamable del subsuelo que, en contacto con el fuego de los hogares, incendiaría las viviendas. La persistencia de las cenizas frente a la erosión ambiental durante miles de años se explicaría por el hecho de que los objetos quemados con sulfuro dejan un residuo de ceniza más pesado que el material original.
Algunos arqueólogos, y según la ‘Teoría de la licuefacción’, es posible que un gran terremoto destruyera esas ciudades y provocara un descenso de nivel de las tierras ocupadas por ellos, quedando las ruinas inundadas por las aguas del Mar Muerto.
Los geólogos canadienses Graham Harris y Anthony Berardow descubrieron que la península de Lisán, hacia la parte oriental de dicho mar, fue el epicentro de un gran terremoto con escala mayor a seis grados en la escala de Richter, ocurrido hace aproximadamente 4,000 años, tiempo que concuerda con el de la destrucción de Sodoma, Gomorra, Admá y Zeboim. Según estos geólogos, el terremoto provocó efectos de licuefacción en el terreno, lo cual significa que el terreno se licúa debido a que hay un material poroso que se llena de agua, y estos suelos, una vez saturados, se comportan como un fluido bajo la acción de las ondas sísmicas, provocando con ello el engullimiento de las construcciones.

La teoría de la NASA.

En el libro del Génesis, la Biblia dice que Dios destruyó Sodoma y Gomorra al hacer llover fuego y azufre sobre ambas ciudades, pero recientemente la NASA ha formulado la pregunta de que si el azufre y el fuego que cayó del cielo, así como la historia de la mujer de Lot que se convirtió en estatua de sal, tienen alguna base científica. Varios astrónomos creen que la destrucción de Sodoma y Gomorra está relacionada con la actividad de un cometa.
El Dr. John S. Lewis, profesor emérito de Ciencias Planetarias de la Universidad de Arizona, Usa, y co-director del Centro Espacial de la NASA de Investigación de Ingeniería, es un científico que cree que la destrucción de Sodoma y Gomorra fue causada por un bombardeo cósmico, según relata en su libro ‘Rain of Fire and Ice: The Very Real Threat of Comet and Asteroid Bombardment’, que en idioma castellano significa ‘Lluvia de fuego y hielo: la verdadera amenaza de bombardeo por un cometa o un asteroide’.
Dice el Dr. Lewis en su libro que la lluvia de fuego desde el cielo podría ser una descripción de la ruptura y desintegración de un cometa en la atmósfera de la Tierra encima de esas antiguas ciudades, ya que grandes trozos de material rocoso y de hielo caerían desde el cielo, lo cual podría ser visto como ‘lluvia de fuego’. Además, el material de un cometa es rico en azufre. Incluso la caída de meteoritos pequeños puede producir un intense olor a azufre, tan fuerte que puede ahogar a una persona.
Sigue diciendo el Dr. Lewis que pocos comentaristas bíblicos han comprendido el verdadero significado de lo que se descubre en esta frase sobre el fuego y el azufre que cae del cielo. Para aquéllos que están familiarizados con la astronomía y la literatura antigua, la expresión ‘fuego cayendo del cielo’ no es una expresión críptica ni un recurso literario que necesite algún tipo de explicación fantasiosa, sino que es una frase descriptiva simple. El ‘fuego del cielo’ es una descripción exacta de material cósmico, ya sea un meteorito, asteroide o cometa, que se quema en la atmósfera y que viene a golpear la Tierra.
Otras indicaciones de que un bombardeo de cometas se llevó a cabo durante la destrucción de Sodoma y Gomorra viene de Génesis 19,28, donde dice: Dirigió la vista hacia Sodoma y Gomorra y de toda la región a la redonda y, al fijarse, vio que subía de la tierra una humareda como la de una fogata. La humareda de una fogata, de acuerdo al propio Dr. Lewis, se refiere a la nube que sale ardiendo y que apareció después del impacto de un cometa explosivo.
Un terremoto que abre una posible fisura no produciría una nube altísima y ardiente, ni crearía los módulos de azufre encerrados en las cenizas que se encuentran en aquella área. El impacto incluso de un pequeño fragmento cometario sobre Sodoma y Gomorra podría liberar la energía equivalente a la explosión de bombas de hidrógeno, y levantar una nube de hongo como el de las explosiones nucleares, según el Dr. Lewis.
Respecto a lo que le ocurrió a la mujer de Lot, que se convirtió en estatua de sal, hay que hacer notar que la palabra hebrea traducida como ‘sal’, es el término ‘malach’, que significa ‘polvo’, lo cual quiere decir que la esposa de Lot al mirar hacia atrás quedó como pulverizada como la sal o polvo; es decir, ella se convirtió en una columna de polvo.
Ahora este hecho adquiere un nuevo significado ya que los impactos de cometas aumentan y producen grandes cantidades de polvo. Si el impacto del cometa se produce en la atmósfera, el cometa se deshace pero el impacto produce vientos feroces que contienen los granos de polvo sobrecalentados, los cuales se disparan desde el lugar del impacto como el aumento de la base. Cualquiera que se vea sorprendido en este aumento en la distancia justa, posiblemente podría quedar asfixiado y cubierto por el polvo caliente, y convertido en un pilar de polvo después de que éste se enfríe y endurezca.

Conclusión.

Es necesario hacer constar que la exposición y las conclusiones contenidas en el apartado de arqueología y el de las teorías de la NASA han sido obtenidos de la fuente original, o sea, de los escritos mencionados en las referencias detalladas al pie de este trabajo.
Definitivamente cada persona puede tener su propia teoría acerca del tema de la destrucción de Sodoma y Gomorra, pero dicha destrucción responde más a causas naturales que a otras y, por supuesto, en modo alguno hay que atribuírsela a Dios.

¿Por qué entonces la biblia afirma que sí fue por obra de Dios?.

Para contestar a esta pregunta necesitamos conocer la mentalidad semítica de quien escribió este texto y también de los niveles culturales de la época.
Los escritores bíblicos pueden estar inspirados por Dios y transmiten con sus escritos el mensaje que Dios quiere comunicar a la humanidad para su Salvación, pero para ello emplean los conocimientos que en la época existen, las formas literarias, concepciones del mundo y de la sociedad que imperan en el momento. No podemos por lo tanto juzgar sus expresiones desde los conocimientos que hoy tenemos ni desde la concepción del ser humano, la sociedad y todo el entorno que hoy percibimos de la manera en que lo entendemos.
Por otra parte, está esa mentalidad semítica que tiende a darle a toda experiencia humana un significado religioso. Cuando el pueblo hebreo experimenta el gozo, la felicidad, durante un tiempo... interpreta esto como un "premio" de Dios; cuando experimenta el dolor, la tristeza,... considera que es por "castigo" de Dios.
La destrucción de Sodomoa y Gomorra, por lo tanto, no hay que interpretarla en clave de hecho histórico tal como lo narra la Biblia sino en clave de interpretación de esa destrucción. El biblista únicamente quiere destacar que "hemos de apartarnos de todo aquello que nos aleja del Plan de Dios y apegarnos lo más posible a su voluntad". Utiliza el recurso de esa destruccion de Sodoma y Gomorra pues como instrumento "pedagógico" que mueva de alguna manera a reflexionar sobre las propias conductas.

REFERENCIAS:

- Biblia de Jerusalén: Edición 1999
- B. McDonald: ‘East of the Jordan: Territories and sites of the Hebrew Scriptures’ (Este del Jordán: Territorios y lugares de las Escrituras hebreas).
- Dr. John S, Lewis: ‘Rain of Fire and Ice: The very real Threat of Comet and Asteroid Borbardment” (Lluvia de fuego y hielo: La verdadera amenaza del bombardeo de un cometa o un asteroide).

Tobías, Judit y Ester

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Hermenéutica de Tobías, Judit y Ester.

La característica literaria de estos tres libros es que son relatos midráshicos, es decir, escritos didácticos que describen una determinada situación histórica. Sin embargo, estos tres libros fueron además idealizados al añadírseles además personajes y relatos aptos para poder mostrar su enseñanza y su doctrina. Son obras maestras del arte narrativo hebreo; de ahí que se les conozca como libros didácticos o hagiográficos.
En la Biblia católica estos tres libros pertenecen a los deuterocanónicos, que son textos y pasajes del Antiguo Testamento que no están incluidos en el Tanaj judío-hebreo-arameo, o sea, en el conjunto de los 24 libros de la Biblia hebrea, pero que sí se incluyen en la Biblia griega de los LXX, la llamada Septuaginta, datada entre los años 280 y 30 a.C. Esto textos fueron utilizados también por la iglesia cristiana primitiva, de habla y cultura griega.
Desde una perspectiva estrictamente histórica, los deuterocanónicos han estado presentes en las Biblias de todas las facciones cristianas anteriores a la reforma protestante del siglo XVI, así como en las versiones bíblicas protestantes anteriores a 1826. Aunque en la actualidad la mayoría de iglesias protestantes no aceptan los libros de Tobías, Judith y Esther por no estar incluidos en el Tanaj judío, sí son aceptados en las Biblias luteranas, anabaptistas, anglicanas y espicopalianas, así como en las cristianas ortodoxas y en las católicas romanas.
Muchos de los nombres presentes en los tres libros mencionados son desconocidos e ilocalizables geográficamente, a pesar de las aparentes precisiones topográficas de las narraciones. Estas sorprendentes libertades sólo se explican suponiendo que los autores quisieran escribir algo que no fuera una obra histórica, sino que transmitan un mensaje. Lo importante, entonces, es determinar la intención de cada libro y deducir de él la enseñanza que contiene.

Los libros y la historia.

Los turbulentos siglos posteriores al exilio judío fueron el marco de los tres libros: Tobías, Judith y Esther. Si bien estos libros se ubican entre los libros históricos, estos trabajos son mejor clasificados como libros religiosos e históricos. Después de algunos hallazgos, como en el caso de las cuevas de Qumrán, estos tres libros han sido datados del siguiente modo: Tobías Fue escrito alrededor del año 200 a.C.Judith Escrito entre los años 150 al 100 a.C.Esther Fechada su escritura entre los siglos V y II a.C. (del 500 al 200 a.C.).
Son libros que nos narran historias acerca de personajes ficticios que se ubican en el contexto de los verdaderos hechos históricos, y que nos ayudan a comprender el pasado por medio de los ojos, mentes y hechos de sus protagonistas, enfatizando las cuestiones sobrenaturales y los mensajes espirituales.
Estos libros también reflejan una eternidad que deriva de la práctica de los autores, que unen una época con otra.
Por ejemplo, en el libro de Esther se cree que el héroe Mardoqueo fue deportado a Babilonia en el año 597 a.C. y, sin embargo, aún seguía vivo durante el reinado de Jerjes de Persia en el 464 a.C. En el libro de Judith se cree que Nabucodonosor fue rey de Asiria y quien emprendió la guerra en Judá después de su regreso del exilio, cuando en realidad Nabucodonosor fue rey de Babilonia. Esta eternidad y muchas otras características de estos libros señalan que la intención de los autores era la de trascender la historia, no la de crear documentos ilustrados.
A continuación se describe la hermenéutica de cada uno de los tres libros, o sea, la explicación o interpretación de cada uno de los textos de dichos libros.

Tobías.

Este libro corresponde a un original semítico que se ha perdido, aún cuando en Qumrán se descubrieron a mediados del siglo XX los restos de cuatro manuscritos arameos y uno hebreo sobre Tobías.
El autor escribió el libro para los judíos que luchaban con el tema de la adaptación a las costumbres griegas del mundo que les rodeaba. Es una historia fascinante acerca del exilio de un judío, fiel cumplidor de la ley, cuyo nombre era Tobit, quien adoraba a Dios y se preocupaba por el prójimo incluso cuando su vida estaba en riesgo.
Agobiado por las pruebas y el peso de su ceguera, Tobit ruega a Dios por su muerte y mientras envía a su hijo Tobías a la región de la Media a recaudar una gran suma de dinero. En Media, Sara, una joven mujer, al mismo tiempo reza también por su muerte porque había estado casada siete veces y en cada oportunidad el demonio mataba a su marido en la noche de la boda.
Dios envió al arcángel Rafael para que acompañara a Tobías, hijo de Tobit, en su viaje hacia Media. Tobías llegó con éxito a su destino, donde conoce a Sara y se casa con ella sin ocurrirle ninguna desgracia. Consigue el dinero que debía recoger y, a su regreso, Tobit sana de su ceguera al aplicarse el remedio que Rafael le había dado a Tobías para tal fin.
La finalidad de esta historia es la demostrar que los buenos judíos debían ser fieles a las leyes y tradiciones de sus antepasados. Por esto motivo Tobías ejemplifica las virtudes de reverencia a Dios, devoción a la adoración en el Templo, amor a la familia, caridad, oración, limosna y ayuno.
Las instrucciones dadas por Tobías y por Rafael están verdaderamente dirigidas a todos aquéllos que leen el libro. Al establecer un marco histórico, los personajes adquieren un carisma e interés especiales. Incluso hoy en día podemos enriquecernos con los hermosos ideales ejemplificados en sus actores y en sus diálogos en este libro.
Las instrucciones que Tobit le da a su hijo Tobías para prepararle para el viaje a Media, pueden considerarse también como indicaciones que preparan al lector para el viaje de su vida.

Judith.

En esta historia, Nabucodonosor, presentado como rey de Asiria aunque en realidad lo era de Babilonia, envía a su general Holofernes para que dirija un ejército de 132.000 soldados a que ataquen Judá. Estos enemigos representan todas las fuerzas hostiles al pueblo de Dios y sitian a los judíos en Betulia, una ciudad imaginaria ubicada al norte de Jerusalén.
Cuando parece no haber más esperanza, Judith, cuyo nombre significa “la judía”, entra en el campamento enemigo, seduce con su belleza a Holofernes, le emborracha en un banquete privado celebrado en su carpa y, finalmente, Judith le corta la cabeza. El ejército de Holofernes se aterra cuando descubre el cuerpo degollado de su líder y huyen bajo la persecución de los judíos.
Esta historia fue escrita muy probablemente a principios del período Macabeo con el fin de dar esperanzas a los judíos que estaban siendo perseguidos por la dinastía seléucida. La lección de esta historia es la que Dios puede dar fieles creyentes aún en el peor de los tiempos, siempre y cuando depositen toda su confianza en el poder de Dios, y si además observan la ley. Quienes leen en la actualidad este libro aún pueden beneficiarse de la insistencia en depositar nuestra fe en Dios.
Ya desde el inicio se observa cómo Judith alienta a la gente a ser fiel a la ley y a reconocer el poder de Dios, quien libera al oprimido. La victoria de Judith es el premio a su oración y a su observancia escrupulosa de las normas de pureza legal. A pesar de ello, la perspectiva del libro es universalista: la salvación de Jerusalén queda asegurada en la imaginaria Betulia, aquella Samaria odiosa para los ortodoxos del judaísmo rígido.
Finalmente Ajior es quien da con el sentido religioso del conflicto por medio de sus profecías, a pesar de ser un mercenario amonita, quien después se convirtió al Dios verdadero.

Ester.

Este libro, que lleva el nombre de su heroína, es mejor comprendido como un melodrama diseñado para dar al pueblo judío una oportunidad para poder celebrar su supervivencia a lo largo de los años. El autor, un judío desconocido, cuanta la historia de Ester como un motivo para la Fiesta dePurim, la celebración de la supervivencia del pueblo judío y el cuidado providencial de Dios sobre su pueblo.
La narración hace ver claramente la hostilidad de que eran objeto los judíos en el mundo antiguo a causa de la singularidad de su vida y tradiciones, siendo su nacionalismo exacerbado una reacción de defensa.
La historia se ubica en tiempos del rey Asuero de Persia (485 al 464 a.C.), quien repudia a la reina Vastí y en su lugar elije a la bella judía Ester. Mardoqueo, un judío devoto y tío de Ester, aborrece al perverso Amán, un alto funcionario de Asuero, quien conspira para que tanto Mardoqueo como todos los judíos del imperio sean ejecutados en un solo día. El complot es desbaratado cuando Esther intercede por su pueblo ante Asuero, y Amán es ahorcado en la misma horca que había hecho preparar para Mardoqueo. Este es elevado al puesto dejado vacante por Amán, y se autoriza a los judíos a que aniquilen a 75.000 de sus enemigos, sin que con ello hurten sus bienes.
A simple vista la historia no parece guardar ninguna relación con los mandatos divinos, pero es sólo eso; una historia, Esto ha sido motivo de fiesta para muchos judíos en la primavera de la Fiesta de Purim, una ocasión para la rebeldía y la dramatización de la historia de Esther, con ovación para Mardoqueo y abucheo para Amán. Es una fiesta más popular que religiosa.
Bajo el punto de vista cristiano podemos leer el libro de Esther como un recordatorio de la protección que recibimos constantemente de Dios, y ver la historia como un presagio de la victoria final de Jesús sobre el mal.

Conclusión.

Al estudiar los libros didácticos del Antiguo Testamento, muchas personas se desalientan por lo que leen. En estos libros se encuentran cada uno de los posibles pecados, cada una de las debilidades humanas, cada una de las tragedias, y cada uno de los fracasos. Seguramente los lectores esperaban encontrar más veracidad y belleza en la historia del encuentro de Dios con la humanidad.
Pero el Antiguo Testamento lo cuenta tal cual es. Presenta la verdad y la belleza que emanan del amor creativo y de la fidelidad eterna de Dios en las respuestas de grandes creyentes como Tobías, Ruth o Esther. Sin embargo no presenta un retrato retocado, sino que muestra que la humanidad sin Dios es proclive al desastre y a la decadencia. Estos libros demuestran nuestra necesidad de salvación, y que ésta debe venir siempre de Dios.
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